Aparcar en A Ponte, misión imposible para los usuarios de la estación intermodal de Ourense

La estación de ferrocarril de la Ourense acoge, día a día, grandes volúmenes de pasajeros. La llegada de trenes de alta velocidad y el corredor Avant hacia Santiago y A Coruña han impulsado el interés por los trenes como medio de transporte. La elevada demanda del ferrocarril ha hecho salir a flote las carencias que las instalaciones padecen en la actualidad. Una de ellas, la falta de plazas de aparcamiento para tomar el tren.

El estacionamiento subterráneo dispone de 300 plazas en sus dos plantas. Sin embargo, buena parte de la primera está ocupada por empresas de alquiler de vehículos, lo que reduce considerablemente la disponibilidad. En las horas puntas se complica la búsqueda de un espacio libre para abandonar el coche y subirse al tren. A veces, el aparcamiento queda completo y los pasajeros se ven abocados a quedarse en tierra ante la falta de aparcamiento en las calles aledañas, cuyas plazas también se agotan en las horas centrales del día, con el consiguiente riesgo de perder el tren y las molestias asociadas. Por ejemplo, llegar tarde al trabajo o perder una cita médica en el hospital compostelano.

Sin marquesina

Otro de los quebraderos de cabeza para los usuarios de la estación intermodal es la ausencia de una marquesina para protegerse de la lluvia. Se trata de una vieja reivindicación de los taxistas, para quienes no existe ninguna estructura bajo la que refugiarse de las inclemencias meteorológicas, más allá de su propio vehículo. Los viajeros también se ven afectados por esta carencia, ya que se ven obligados a esperar el taxi o trasladarse a la marquesina del autobús -esta sí está instalada- bajo la lluvia. Cuando no son las precipitaciones, son las altas temperaturas: en verano, la espera se hace en una explanada sin ningún tipo de sombra.

La remodelación integral de la estación prevé la construcción de una cubierta sobre la actual plaza. Actualmente, las obras de la nueva terminal ferroviaria se encuentran en su segundo proceso de licitación, a la espera de la apertura de ofertas económicas. A partir de ahí, los trabajos tendrán una duración de seis años. El plan de obra que maneja el Administrador de Infraestructuras Ferroviarias (Adif) contempla que el cubrimiento del lado oeste esté listo alrededor de 2027, si las obras comienzan el año que está a punto de iniciar. La plaza estaría cubierta por completo en 2028.

Los usuarios del tren muestran su malestar: “¡Esto es una vergüenza!”

La ausencia de una cubierta donde guarecerse de la lluvia o del sol es un incordio para los pasajeros que llegan a la estación ourensana. Los que se inclinan por tomar el autobús tienen más suerte, ya que tanto la parada anexa a la estación como la situada en la acera opuesta disponen de marquesinas. No sucede así con los taxis, cuyos clientes se ven obligados a soportar la meteorología.

El domingo por la noche, numerosos pasajeros guardaban cola para acudir a sus destinos de la ciudad en taxi. Lo tenían que hacer bajo una intensa lluvia: los más afortunados tenían paraguas. Sin embargo, la indignación corría entre algunos pasajeros, como Giovanna y Amanda, dos estudiantes que acababan de llegar desde Pontevedra. “A estas horas no hay buses para nuestra casa”, explica Giovanna, por lo que se vieron obligadas a recurrir a este medio de transporte. “Es una porquería, ¡una vergüenza! Aquí, a la lluvia”, exclamaba indignada.

Ricardo viajó por primera vez a la ciudad de As Burgas. Acarreaba una mochila y una bolsa, pero carecía de un paragüas bajo el que refugiarse. “Deberían tener unas carpas, algo para que la gente se proteja mientras toma el taxi”, se lamentaba. Mientras no se tomen soluciones, los pasajeros se encontrarán una plaza desangelada en la que tendrán que resistir el embate de los elementos.