El archivo histórico de Ourense a través de 100 hojas informativas

ARCHIVO HISTÓRICO PROVINCIAL

Tengo para mí que hasta el ciudadano más cazurro e ignorante no puede dejar de asombrarse cuando entra por primera vez en un archivo público como el Archivo Histórico Provincial (AHPOU).

Archivos históricos.
Archivos históricos.

Primero impresiona el magnífico edificio que lo acoge, el antiguo Cuartel de San Francisco; después, la cantidad y calidad de los miles de documentos escritos que contiene. El asombro sigue cuando descubres que en esos documentos se contiene la vida y la historia de la provincia y, en muchos casos, la solución a problemas cotidianos como aclarar herencias y propiedades.

Un Archivo Histórico es sin duda un lugar un tanto misterioso, silencioso, poco concurrido, frecuentado por gentes empeñadas en descubrir historias nuevas o poco conocidas y, sin duda, así tendrá que seguir siendo. Para evitar ese distanciamiento entre el Archivo y el ciudadano, en julio de 2006, el actual equipo directivo, capitaneado por Pablo Sánchez Ferro, y para celebrar el centenario de su gran promotor, don Xesús Ferro Couselo, tiene la feliz idea de comenzar a publicar en papel una hoja informativa titulada “Fronda”, en la que se da a conocer cada vez un tesoro de los muchos que allí se guardan. Actas notariales, documentos sobre la invasión de Galicia por las tropas napoleónicas, historia de empresas locales como Hijos de Simeón García, la historia de los Franciscanos y las Clarisas en Ourense, los aniversarios del Padre Feijoo, los deliciosos dibujos de Ático Noguerol, los archivos de las prisiones provinciales de la ciudad, Celanova y Casaio, la presencia de la religión en los testamentos, sucesos trágicos como los ocurridos en Oseira en 1909, la Segunda República en Ourense...

Estos temas y muchos más fueron divulgados a través de Fronda, que cumple ahora su número 100 transformada ya en publicación “online”. Fueron 18 años empeñados en acercar al ciudadano a esa gran institución informándolo y tratando de convencerlo de que los archivos son lugares interesantísismos, muy necesarios y nada, nada aburridos.

Además de a don Xesús Ferro, el AHPOU debe su supervivencia a dos grandes archiveras: Olga Gallego y Elisa Fernández.

El AHPOU admite, previa cita, visitas guiadas a sus instalaciones. El funcionamiento de este archivo podría servir de guía a otros, inexplicable y vergonzosamente abandonados por la política municipal actual, como es el caso del Archivo Municipal.

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