ArtEspida, desde Piñor a Madrid

El proyecto ArtEspida, impulsado desde el hospital de Piñor, llegó ayer a Madrid de la mano de la psiquiatra Chus Gómez. La facultativa, una de las impulsoras de este espacio de libre creación para pacientes de salud mental, participó en una mesa redonda promovida por la Fundación Cultura en Vena en el Museo Thyssen. El encuentro, organizado con motivo del Día Mundial de la Salud Mental, permitió abordar el estrecho vínculo entre el arte y la salud mental. En Ourense, sanitarios y pacientes del CHUO y de Piñor no se perdieron la conferencia, en la que Gómez puso en valor los beneficios terapéuticos, personales y sociales de ArtEspida. “Es una forma de expresión del malestar emocional y de lo que pueda surgir”, detalla Marta González, psicóloga clínica de Piñor. El taller abre dos veces por semana para personas ingresadas y también para las que ya recibieron su alta, así como para artistas que quieran compartir experiencias. “Es un lugar de intercambio”, apunta. Raúl Rodríguez, uno de los creadores, habla de la libertad del espacio: “Con dos trozos de revistas y cuatro cosas más hacemos una obra. Yo no soy una eminencia como pintor, pero pinto como sé, o como puedo”. Nadie les da indicaciones sobre los materiales o los colores: cada persona crea en base a lo que siente, a lo que necesita. “Mucha gente necesita este espacio. Hay quien siempre hace cuadros angustiosos porque lo necesita”, asegura. El arte terapéutico Antón Casais, otro de los psiquiatras impulsor de ArtEspida, da cuenta del estudio realizado por el equipo profesional antes de poner en marcha el taller. “Fixámonos moito na parte clínica e plantexamos a hipótese de que a arte tiña efectos de reorganización subxectiva, de limitación da angustia, de vaciamento dun mundo alucinatorio. Xente que escoitaba voces e no acto de crear, esas voces desaparecían”, explica. El acto artístico terapéutico conlleva la creación de una pieza, susceptible de ser mostrada ante los demás. De hecho, las obras de ArtEspida ya se han expuesto en la cafetería Ollo Ledo de la ciudad y en el Marcos Valcárcel. “Como consecuencia desas mostras pode haber un retorno sobre os autores da obra na consideración de artistas, o que os sitúa no mundo cun nome completamente diferente ao dun diagnóstico concreto, o que permite inclusión social e limitación do estigma”, señala Casais. Abrir Piñor Otro de los objetivos del espacio creativo es abrir las puertas del hospital. Lejos del antiguo modelo de manicomio, cerrado, Piñor quiere conectarse con el resto de la sociedad ourensana. “Ao invitar á xente de fóra cambia a percepción do hospital para o resto, e tamén cambian as actitudes da xente que está dentro”, resalta Casais. Encuentros como el del Thyssen permiten poner en diálogo proyectos similares de diversos lugares. “Moitas gracias ao presidente de Cultura en Vena, Juan Alberto García de Cubas, por romper esa sensación de soidade do que facemos”, enfatiza Casais.n