Asalariados y migrantes: los nuevos perfiles de la pobreza

OURENSE (RÚA O PASEO). 07/01/2018. OURENSE. Dani, vecino de Barcelona con padre ourensano, pide limosna y ayuda en la calle del paseo sin demasiado resultado, mientras la gente paseo y compra en los comercios que han comenzado su temporada de rebajas. Ha dejado de fumar hace 14 días, come donde puede y espera reunir bastante dinero para poder dormir bajo un techo. FOTO: ÓSCAR PINAL
El número de personas en riesgo de exclusión social se mantiene en la provincia, pero cambian las causas 

Personas asalariadas e inmigrantes conforman los nuevos perfiles de la pobreza en la provincia, debido a la precariedad laboral y las difíciles circunstancias en las que llegan los extranjeros. Hoy en día, tener un puesto de trabajo ya no asegura la cobertura de las necesidades básicas, según reclaman desde las principales entidades sociales de la provincia. 

"Es una fina línea, hoy eres asalariado, mañana te echan, no tienes apoyo familiar y necesitas ayuda de una institución", asegura Óscar Diéguez, coordinador de programas de Cáritas. A la precariedad laboral se le suma la llegada de personas inmigrantes –sobre todo, de Venezuela– en una difícil situación económica –sin papeles, sin trabajo, sin homologación de estudios–. "Nós atendimos ao triple de persoas en 2019 ca no periodo anterior, e consideramos que o incremento é debido ao aumento de familias procedentes de Venezuela", apunta Paula Chapela, de la Fundación Amigos de Galicia.En 2019, la entidad prestó servicio a un total de 260 familias de la ciudad; a nivel provincial, Cáritas atendió a unas 1.900 personas y Cruz Roja a alrededor de 1.300. "Nos movemos en las mismas cifras que en los últimos años, pese al incremento de demandantes inmigrantes", explica María Martínez, de Cruz Roja. 

Aunque el número de personas  en riesgo de exclusión social en la provincia se mantiene durante los últimos años en los mismos valores, la pobreza se cronifica en muchos casos. "Trabajar ya no garantiza que dejes de tener necesidades económicas, el 70% de las personas que atendemos llevan en Cáritas desde hace tres o cuatro años. Hoy en día es más difícil que antes salir de la pobreza", señala Óscar Diéguez. 


Buscar salidas


Las entidades sociales colaboran con las familias en el pago de los suministros básicos –electricidad, agua-, además de apoyarlos y ayudarlos en la búsqueda activa de trabajo. "A formación é fundamental, sobre todo nos casos de persoas de fóra, que precisan ter avaladas as competencias clave", apunta Paula Plaza, de la Fundación Amigos de Galicia. 

En el caso de los inmigrantes de Venezuela, la situación política del país impide que muchos puedan viajar con sus títulos universitarios. "Nos encontramos con gente que a nivel documental, digamos, son analfabetos, aunque en sus países realizaban trabajos de alta cualificación", resalta Diéguez. 

En el proceso de búsqueda de empleo, las entidades colaboran con diversas empresas de la provincia. "Los cogen en un período de prueba de varios meses y si les gusta cómo trabajan, los contratan", explica el coordinador de Cáritas. Pero además de apoyo para encontrar un puesto de trabajo, desde las entidades sociales también se cuida el bienestar psicológico: "Lo laboral y académico es una parte, pero no es la única en la que hay que trabajar para que esa persona salga hacia adelante, lo emocional es muy importante", apunta María Martínez. 


Más mujeres


"Atendemos a más mujeres en cifras totales, más del 60%. La realidad es que es ella la que viene a pedir ayuda, aunque luego sea para toda la unidad familiar. Hay un componente de cómo funciona la sociedad, de cómo se entiende el pedir ayuda", explica María Martínez. En Cáritas, la situación es similar: "Ellas son las que realizan la petición".

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