Un hombre armado con una pistola asaltó en la noche del jueves a una trabajadora, María Amparo L.S., de 59 años, del almacén de colchones Amis, situado en el kilómetro 244 de la carretera N-525, a su paso por Coles. Se apoderó de 1.360 euros, que la víctima llevaba en el bolso.
El robo se produjo sobre las 21.30 horas cuando la mujer salía de su puesto de trabajo y se disponía a abrir su coche, que estaba estacionado en los alrededores del negocio, para regresar a su domicilio.
En ese momento, un hombre, que estaba agazapado entre los vehículos, la abordó y, sin darle tiempo a reaccionar, la encañonó con la pistola y, tras amenazarla con detonar el arma, le sustrajo el bolso, en el que llevaba los 1.360 euros, que eran parte de la recaudación del día, además de varios efectos personales.
Acto seguido, el atracador se dio la fuga a pie, aunque la Guardia Civil sospecha que un compañero lo estaba esperando en un coche en la carretera N-525 para darse la fuga.
La víctima, que en ese momento estaba sola, alertó de los hechos a la Guardia Civil, que realizó una inspección ocular en la zona con el objetivo de hallar pruebas que permitan identificar al ladrón, aunque las pesquisas aún no dieron resultado.
Los agentes sospechan que el delincuente conoce los movimientos de la víctima, a la que podría estar siguiendo desde hace días, hasta cerciorarse de que llevaba el dinero en el bolso y que se encontraba sola al salir del trabajo.
En ese momento, un hombre, que estaba agazapado entre los vehículos, la abordó y, sin darle tiempo a reaccionar, la encañonó con la pistola y, tras amenazarla con detonar el arma, le sustrajo el bolso, en el que llevaba los 1.360 euros, que eran parte de la recaudación del día, además de varios efectos personales.
Acto seguido, el atracador se dio la fuga a pie, aunque la Guardia Civil sospecha que un compañero lo estaba esperando en un coche en la carretera N-525 para darse la fuga.
La víctima, que en ese momento estaba sola, alertó de los hechos a la Guardia Civil, que realizó una inspección ocular en la zona con el objetivo de hallar pruebas que permitan identificar al ladrón, aunque las pesquisas aún no dieron resultado.
Los agentes sospechan que el delincuente conoce los movimientos de la víctima, a la que podría estar siguiendo desde hace días, hasta cerciorarse de que llevaba el dinero en el bolso y que se encontraba sola al salir del trabajo.
