‘‘Aún hay gente que cambia de acera cuando ve a un gitano"

El patriarca de Ourense, Ismael Montoya (a la derecha) y dos de sus hijos.
photo_camera El patriarca de Ourense, Ismael Montoya (a la derecha) y dos de sus hijos.
En el día internacional romaní reivindican su papel en la sociedad y critican la discriminación

Hoy se celebra el Día Internacional del Pueblo Gitano, una fecha señalada para celebrar la historia y cultura romaní y reivindicar una posición igualitaria en la sociedad, en la que dicen algunos desde la feria del Barbaña, “la discriminación es el pan de cada día”.

En Ourense, residen 390 personas gitanas de 75 familias diferentes aunque, vayan donde vayan, y en palabras del patriarca de Ourense, Ismael Montoya, “somos todos un mismo pueblo, donde sea". Y si un gitano necesita ayuda, aclara, "se la vamos a dar”, explica. En Galicia, la cifra asciende a las 13.000, un 1,7% de las 750.000 que viven en España. 

El patriarca ourensano cree que la sociedad “está mucho más actualizada”. La discriminación hacia el pueblo romaní ha disminuido, aunque tanto Montoya como su hijo coinciden en que son una etnia “todavía discriminada". Se puede apreciar cuando entran en un bar o cuando iban al colegio: “Hay quien nos ve por la calle y cambia de acera” o “es típico cuando hay un robo que se nos señale”, explica.  Los problemas a los que se enfrentan se hacen visibles en acciones cotidianas del día a día: “Cuando uno de nosotros, por ejemplo, acude a alquilar un piso, siempre nos ponen problemas. A veces nos dicen que no directamente", señala el patriarca desde la feria del Barbaña. 

Sobre la discriminación, indican, que “no es una cuestión de lucha, sino de continuar viviendo a nuestra manera”. Montoya reconoce que siente presión. "Me siento observado-admite- cada vez que entro en un comercio; muchas veces me siguen, pero poco a poco irá  cambiando la situación”. 

A su lado está su hijo, también llamado Ismael Montoya, quien señala que en la juventud, en edad escolar, esta forma de mirar a las personas gitanas no es distinta. "Al principio te miran con miedo, aunque se acaban adaptando".

A juicio del progenitor, pese a que “todos somos iguales, ser gitano es otro mundo”. Para ellos el pueblo romaní se diferencia en “el respeto familiar” de otras etnias. Además, hablan orgullosos de la veneración a los ancianos  y de la unión ante la enfermedad: “Alguna vez tuve que ir al hospital en A Coruña y vinieron todos los gitanos de allí a verme, aunque no seamos familia nos dejamos la casa, la ducha y lo que haga falta”, explica.

Carencias administrativas

Puiu Costache, mediador gitano-rumano e integrador de la comunidad, afirma que “el concello de Ourense sigue los mismos pasos de marginación ciudadana". En su caso, señala que "llevo esperando a que me atienda el alcalde de Ourense desde hace un año y algo y aún no me atendió. He estado hablando con varias asociaciones gitanas de España y reconocen la mala gestión que las organizaciones locales de casi toda España. No incluyen a la comunidad gitana rumana en sus proyectos de educación y cultura, ni contribuyen a eliminar el odio en redes sociales y el bullying escolar”, explica.

Costache cree que la intervención municipal es urgente porque "con el covid hay más pobreza, más desigualdad, más crisis migratoria, hay más peleas callejeras y más abandono escolar", explica. 

Además, señala que si hubiese un mediador social "las cosas cambian mucho porque conoce a la gente y hay más acercamiento social".


Joel Montoya, el gitano que canta regaetton

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Joel Montoya quiere ganarse la vida haciendo canciones de reggaetón: "Desde que soy pequeño Daddy Yankee es mi referente , antes lo escuchaba y ahora hago mis propias canciones". 
En todas sus piezas, Montoya siempre trata de destacar que es gitano, "aunque mis letras hablan de otra cosa, como el  desamor o las historias que me cuentan mis amigos", explica. 
 Su familia lo apoya y él indica que los tiempos cambiaron: "Los gitanos ya no son tan cerrados. Yo ahora puedo estar con una palla sin ningún problema, por ejemplo".
Hoy celebrará el Día del Pueblo Gitano con su familia: "Nos vamos a juntar todos en casa de mi abuela para la celebración".


"Quienes me quieren no aceptarán la marginación étnica"

"Estoy orgulloso de ser una persona romaní. Quienes me quieren, me quieren así y, si me quieren, no aceptarán el racismo, ni el odio, ni la marginación de los grupos étnicos", declara Costache. 

Con 22 años, el mediador social dejó Rumanía y aterrizó en Ourense. Aquí trabajó (llegó a compaginar tres trabajos), tuvo que compartir piso con otras 15 personas, e incluso tuvo que mendigar durante un año tras perder uno de sus trabajos. 

Todo ello le sirvió para una cosa: el verano pasado publicaba su primer libro "Luz en las Tinieblas" y ahora trabaja incansablemente para que la comunidad romaní adquiera mejores condiciones sociales. 

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