Autobiografía confidencial de Vicente Risco, el hombre que disfrutaba en la contradicción

En 1960, tres años antes de morir, don Vicente Risco publica en la revista Vida Gallega un texto titulado “Autobiografia confidencial"

Caricatura firmada por el ourensano Prieto Nespereira.
Caricatura firmada por el ourensano Prieto Nespereira.

En "Autobiografía confidencial" está el Risco de personalidad sumamente atractiva, moderna; el Risco irónico, amante de la sencillez, con agudo sentido del humor, caminante, ortodoxo en religión, europeísta.

Posiblemente nadie lo haya definido nunca tan bien como lo hace él en este texto que hoy será leído en el cementerio de Allariz dentro de los actos organizados por la Fundación Vicente Risco con motivo del sesenta aniversario de su muerte.

"Autobiografía confidencial", por Vicente Risco

HISTORIA DE MI VIDA

Me parece inadecuado contar las vidas que no tienen interés. Hay que tener el pudor de la vida privada, último privilegio que nos queda, mientras nos quede.

EDUCACIÓN

En lo religioso, en lo moral y en materia de “buena crianza”, ha sido exclusivamente familiar.

En lo demás soy, como se era en mi época, autodidacto. Incluso, lo que sé de latín, lo aprendí yo solo; los idiomas modernos, con profesores particulares.

De la Universidad saqué algo de filosofía escolástica, de la positivista, cierta idea de Schelling, de Hegel y de Schopenhauer, de socialismo “utópico” y de marxismo. Todas estas direcciones –exceptuando acaso a Schelling- pertenecen a lo que se llamaba entonces “corriente central del pensamiento europeo”. Pero a mí me atrajo siempre más la corriente marginal, no racionalista, “romántica”.

En materia histórica me orienté en la tertulia de la Comisión de Monumentos de Orense. En Etnología, en fuentes portuguesas (“Religioes da Lusitania”, de Leite de Vasconcelos; revistas Portugalia y Lusa, etc.) y, ya muy tarde, en Alemania.

En literatura me formé en el “modernismo”; después, en el movimiento “saudosista” de Teixeira de Pascoaes y Leonardo Coimbra. Por fin, me asimilé al surrealismo.

CÓMO SOY

Físicamente, el maestro Eugenio D’Ors me describe: “… una breve figura con gafas, con aire cansino y estudioso”. Espiritualmente, Ramón Piñeiro me clasifica: “Intelectual puro”. Yo me defino: “Homo infimae latinitatis”.

AFICIONES

Me gustaría más ser pintor que escritor. Me gusta, a la vez, lo rústico y lo exótico. Podría ser feliz en el campo, soñando con la lejanía. Me conmueve la aldea y necesito cosas de la gran ciudad. Busco la tradición por los caminos más nuevos, y sólo me satisfaría interpretada desde mañana. Soy, en el fondo, anticientífico (hablo de las ciencias “naturales”); pero me interesa la biología. En religión soy, naturalmente, ortodoxo, diría ortodoxísimo; en casi todo lo demás, heterodoxo. Me muevo con bastante comodidad en la contradicción. No me gusta vivir en esta época en que vivo; pero si no viviera en ella, tampoco pensaría así, lo cual prueba que toda desventaja es una ventaja, por lo cual mi principio es: “Todal-as cousas d’iste mundo son asegún”.

SATISFACCIONES Y DECEPCIONES

Resulta poco decente hablar de decepciones.

Satisfacciones las he experimentado en mi casa; en mis trabajos al hacerlos; en mi trato con mis amigos –les debo tanto que me pasma que ellos crean que lo merezco-; en mis viajes y, muy especialmente en este capítulo, en mis caminatas a pie. También he tenido hermosos momentos en soledad, divagando sin propósito y sin tema determinado.

CÓMO REALIZO MIS TRABAJOS

Los trabajos científicos tienen sus métodos predeterminados, que empleamos todos. Sin embargo especificaré que lo esencial de mi manera de trabajar, en ese terreno, consiste en “atar cabos”.

En lo literario dejo obrar a los que se llamaba antes “la inspiración”. Sin haberme entregado plenamente a los métodos surrealistas, puedo decir que muchos de mis escritos, incluso novelas, son producto casi exclusivo de una especie de “escritura automática”. Mis teorías acerca de esto no son propias de este lugar.

MIS IDEAS ACERCA DE LA HUMANIDAD

Me aburren las “ideas generales” y las “grandes palabras”. Por otra parte, no creo que tenga ningún interés lo que yo pueda pensar acerca de la humanidad. Si puedo ayudar algo a la gente hablándole de otras cosas y, sobre todo, sin fomentar preocupaciones, ya llega bien.

PROYECTOS Y ASPIRACIONES

Lao-tsé me ha enseñado a no tener proyectos. También es verdad que ya no estoy en edad de tenerlos.

Mi aspiración principal es estar tranquilo. He conseguido, hasta cierto punto, independencia espiritual, y ausencia de lo que hoy se llama “compromiso”. Además, voy progresando en la indiferencia hacia una porción de cosas, más cada día. Busco “los ventanales desde donde la espalda se da al mundo”, para contemplar los ponientes grandiosos y las luces espléndidas que, a lo mejor, anuncian los ponientes.

RECOMENDACIONES AL LECTOR

Que tenga paciencia con mis manías, que me disculpe, que olvide lo que pueda desagradarle en estas páginas y que aproveche lo que pueda parecerle útil.

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