La gala inaugural del OUFF llenó la principal sala del Auditorio con vecinos de la ciudad, que hicieron cola para acceder mientras miembros de la corporación local, del jurado y la organización mostraban su mejor pose.

Bajan las autoridades, suben los espectadores

El alcalde, Agustín Fernández, durante su intervención.
Todo listo y gente a las puertas esperando para entrar juntos en esta XVII edición. Un ágape esperaba por ellos a la entrada del Auditorio para coger fuerzas y ayudar a 'buscar a Eimish', no sin antes reír y cantar con 'Os da ría'. Eran, sobre todo, vecinos de la ciudad que religiosamente adquirieron su entrada, en algunos casos vistieron grandes galas, y acudieron a la gala inaugural en familias, parejas y pandillas.
Junto a ellos, aunque conducidos por una cinta para llegar a la meta de la foto con los medios de comunicación, estuvieron presentes los concejales socialistas de la ciudad y ausentes los del resto de grupos municipales, excepto la extitular del festival, Isabel Pérez, con su renuncia como edil recién presentada. La única asistente de los grupos de la oposición abandonó el departamento cultural con el festival prácticamente organizado y se mantuvo en un segundo plano durante el acto que no la llevó siquiera al famoso 'photocall'.

Sí se pasaron por allí el alcalde, su esposa y demás miembros del grupo de gobierno ante la mirada de algunos ourensanos que esperaban para ocupar sus respectivas butacas. Tras ellos, los miembros del jurado, directores y organizadores apuraban la pose para trasladarse a conversar, compartir experiencias y también canapés.

Las caras conocidas del audiovisual gallego presentes en la gala inaugural llegaron desde Compostela. Los actores Sabela Arán (conocida por su papel en Vilamor) y Monti Castiñeiras (habitual del OUFF) no quisieron perderse la apertura de la fiesta gallega del cine. El apartado de autoridades se vio, sin embargo, mermado con respecto a otras ediciones.

Te puede interesar