Los bomberos de Ourense rescatan contrarreloj a trece niños de un incendio en las pozas de Mende

El incendio en Mende, sobre las 20,00 horas.
photo_camera El incendio en Mende, sobre las 20,00 horas.

Trece amigos de 13 años disfrutaban de la tarde en las pozas de Mende. No esperaban quedarse atrapados entre las llamas. El rescate acabó con final feliz pero pudo ser una tragedia

Los gritos desesperados, pidiendo auxilio, de trece jóvenes que disfrutaban este miércoles de una tarde en las pozas de Mende, se ahogaron entre las llamas. Nadie les escuchaba, ni tampoco les veían. Estaban solos con el fuego, viviendo una pesadilla.

El miércoles se produjo un conato de incendio en la periferia de la ciudad, en esta zona arbolada de las afueras. Aunque las llamas solo se extendieron a lo largo de 0,21 hectáreas, fue un perímetro suficiente como para rodear a este grupo de amigos de unos 13 años que estaban pasando una tarde de verano en las pozas. 

El incendio comenzó a las ocho de la tarde y se fue extendiendo hasta rodear este espacio natural. Cuando vieron el humo, los chicos decidieron salir de allí pero, para su sorpresa, cuando acudieron al camino por el que habían entrado se toparon con una columna de humo por la que no podían pasar. Aunque este paraje recibe visitantes, está abandonado a su suerte, igual que la periferia. El Concello  dejó sus deberes de desbroce a medio hacer, a expensas de que pudiese pasar exactamente lo que pasó: que la maleza ardiese poniendo en riesgo vital a los vecinos. 

Mientras el conato avanzaba, los jóvenes trataron de buscar vías alternativas, pero estaban atrapados, no había forma de salir de allí. Para evitar quemarse, se acercaron al agua y, con sus teléfonos, llamaron de inmediato al 112. También a sus padres, que enseguida se organizaron para ir a por sus hijos. 

Desde emergencias, pusieron en contacto a uno de los chicos con los bomberos de Ourense, que estaban de camino para retirar nidos de velutinas. Los amigos lloraban, muy preocupados, pero se mantuvieron firmes y siguieron las instrucciones de los profesionales. “No os mováis del sitio”, les indicaron. Mientras, les definieron su posición. Todo por voz y vía móvil, dado que la visibilidad era nula y no había forma de encontrarles. 

Al llegar a Mende, los nueve bomberos del parque de A Chavasqueira (el turno entero) tuvieron un problema. El camión no pudo pasar por una zona muy estrecha y sin limpiar. Dos bomberos salieron entonces a pie, sin manguera ni agua, con el objetivo de hallar lo antes posible a los menores. Por suerte, uno de ellos conocía la zona y accedieron desde la parte baja, monte a través. 

Por el camino, le pidieron a los jóvenes que silbasen o hiciesen algún ruido para tratar de orientarse. “No sabíamos dónde estaban, ni ellos por donde íbamos nosotros”, señaló uno de los intervinientes. 

Al fin, los profesionales llegaron a las pozas y los chicos gritaron de alivio. Muchos  lloraban desconsoladamente, otros intentaban mantenerse firmes. Lo mismo les ocurría a sus progenitores, a los que les habían indicado que esperasen en un mirador, en Velle. Los bomberos guiaron al grupo por el camino que ellos mismos habían abierto, todo seguido y caminando hasta estar a salvo. Al reencontrarse, abrazos y lágrimas. Nadie había resultado herido. 

La ciudad, en peligro

Los bomberos de la ciudad están bajo mínimos de personal. Solo son nueve personas por turno, cuando deberían ser un mínimo de 11. Ourense no cumple los estándares que marca la Unión Europea para mantener las ciudades seguras y, como recordaron ayer algunos de los intervinientes, “si hubiésemos estado realizando otra tarea no habríamos tenido personal para hacer frente a este rescate”.

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