Borja Fernández: “Nos dijeron que vendían el piso y le subieron el precio”

Borja Fernández, en su piso compartido de la avenida de Buenos Aires.
photo_camera Borja Fernández, en su piso compartido de la avenida de Buenos Aires.
El precio del alquiler en Ourense sigue subiendo. Detrás de las cifras, están las historias humanas, y esta es la de Borja Fernández

Borja Fernández tiene 25 años. Se independizó de sus padres al encontrar un trabajo de dependiente en una tienda del Casco Vello, a jornada partida. Según cuenta, quiso compartir desde un primer momento: “Además de que es más caro solo, quería vivir con más gente”. Así que se mudó con unos amigos que estudiaban cuando se les quedó una habitación vacía. 

A finales de junio, Borja y sus compañeros estuvieron sumergidos en una búsqueda de piso y mudanza exprés. “A finales del mes pasado le pedimos unos días más después de finalizar el contrato y nos dijo que lo vendían, después un amigo me confirmó que le subieron el precio”, explica. 

 Dificultades

“Llamamos a la inmobiliaria para irnos al piso de un conocido que se quedaba vacío, no nos contestaron y lo subieron de 550 a 650 euros”. Borja confirma que el mercado del alquiler se ha encarecido el último año, asegura que fue su mayor dificultad para acceder a la vivienda, dentro de que los precios siguen sin ser “los de otras grandes ciudades”. 

En cuanto al estado de los inmuebles explica que “tienen desgaste” y en el que tienen ahora “se nota que no se limpió en profundidad, lo justo para enseñarlo a la gente”, pero se adaptan. 

Justo antes de encontrar el que ahora es su nuevo hogar, fueron a ver otra casa en Celso Emilio Ferreiro: “Era un piso gigante con dos salones, tres habitaciones enormes, una con terraza, y balcón. Valía 648 euros”, relata. Él llevó al encuentro el contrato de trabajo y su compañero, el aval, pero finalmente “se lo dieron a una amiga de la dueña”. Al día siguiente encontraron el actual.

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