DERRUMBE

Revienta una tubería de agua y se desploma un muro del Colegio Cardenal Cisneros, en Ourense

Patio del Colegio Cardenal Cisneros de Ourense, inundando. JOSÉ PAZ
photo_camera Patio del Colegio Cardenal Cisneros de Ourense, inundando. JOSÉ PAZ
Alumnos y profesores del Colegio Cardenal Cisneros de Ourense vieron cómo se inundaba un patio del colegio y caía un muro, impidiendo su salida del centro durante minutos

Uno de los muros que rodean el colegio concertado Cardenal Cisneros de la ciudad de Ourense -el que separa un bloque de edificios del patio- se derrumbó ayer casi por completo, dejando el centro educativo totalmente anegado. 

Los hechos ocurrieron poco antes de las cuatro de la tarde. Hasta 80 niños -de las etapas Infantil, Primaria y algunos alumnos de refuerzo de la ESO que van por las tardes- jugaban en las canchas cuando, como podemos ver en este vídeo, el profesorado se percató de que salía agua del muro de diez metros que rodea el patio. El agua se convirtió en una especie de cascada y comenzó a embarrar el recinto. La jefa de estudios, Patricia Solla, dio la orden de subir a las aulas por precaución. Minutos después, la estructura de cemento y perpiaño (la pared más alta) cedió. 

El derrumbe se produjo por una acumulación de agua procedente de una obra en el edificio aledaño, el número siete de la calle Fonte do Monte. Naturgy, a través de la empresa Emi Álvarez, estaba realizando una canalización de gas cuando picaron el tope de hormigón que sujetaba el tapón de la tubería. Este saltó y el agua comenzó a salir sin control. Se acumuló tras el muro hasta que el empuje acabó por tirarlo. El responsable de los bomberos, José Benito Álvarez, explicó que la filtración de agua al terreno hizo que se encharcase “hasta que cedió, porque no pudo con la presión que recibió”.  

El asunto, además, levantó una polémica que comenzó el alcalde de Ourense al cargar contra la Xunta de Galicia y atribuirle la responsabilidad de lo ocurrido desde sus redes sociales.

El director del centro, Benigno López, indicó que “al barrerse la tierra, cedió el cemento y dejó un hueco bajo el muro de perpiaño; todo eso fue a parar al patio exterior. Todo el material era del edificio de al lado, excepto nuestra pared”.

Solla relata cómo se anticipó el desastre: “Vimos que cada vez salía más agua, llamamos a los bomberos y a la Policía Local. Los obreros de arriba miraban impotentes lo que estaban haciendo. Nosotros empezamos a achicar el agua pero cada vez caía más y más”, recuerda. Entretanto, sacaron a los niños del centro al aparcamiento. “Al final acabó cayendo el muro con unas escaleras del edificio de al lado incluidas”, recuerda. 

Los niños esperaron a que llegasen sus padres, asustados por lo que estaba pasando. Al salir, profesores y alumnos no pudieron evitar mojarse los pies por completo, el barro había inundado el patio y el hall. Con todo, no hubo daños personales.

Excepto la pared de hormigón del colegio, en pendiente inclinada, el resto de estructuras que se desplomó formó parte del edificio colindante. En este, cinco familias tuvieron que ser desalojadas hasta que se compruebe que la estructura es estable.  

Una salida in extremis

El caso más complejo fue el de una mujer que reside en el bajo del edificio afectado. Tras el derrumbe, en el que las escaleras de acceso a su vivienda también se vinieron abajo, el patio que da entrada a la casa quedó anegado. La única solución era sacarla a través del patio del centro utilizando una escalera. La inquilina, mayor y con movilidad reducida -usa un andador- tuvo que ser inmovilizada en una camilla y cargada por seis bomberos escaleras abajo. “Estoy traumatizada”, declaró al llegar sana y salva a tierra.

En dicha vivienda también reside el pintor Antonio Blanco, tío de Miguel Ángel Blanco, asesinado por ETA en 1997, pero no se encontraba en el lugar en ese momento. 

Evaristo y Mari Carmen también tienen una vivienda en el número 7 de Fonte do Monte. Estaban junto al portal cuando se produjo el derrumbe: “Hubo una explosión de agua. Cogimos las medicinas y salimos de inmediato”, explicaron. Otros sacaron al gato de casa y se fueron con lo puesto, aunque esperaban poder volver a entrar para llevarse algo más de ropa, ya que los técnicos les señalaron que no podrían pasar la noche en sus casas. Dos familias se alojaron en casas de familiares y otras dos en el hotel Altiana.

Según fuentes de la Policía Local, en cuanto a la obra, a última hora se paralizaron los trabajos para asegurar el edificio, pero hoy está previsto que los técnicos del servicio de Urbanismo del Concello y los bomberos procedan al derribo de los restos del muro que quedaron en pie, dado que en este momento también presenta riesgo de caída. 

Hoy no habrá clase

El jefe territorial de Educación, tras hablar con la directiva del centro, señaló que durante la jornada de hoy los alumnos no asistirán a clase para poder realizar la limpieza y asegurar la zona. Los bloques de cemento y granito tendrán que ser extraídos del patio para que se lleven a cabo las labores de limpieza, que podrían prolongarse durante todo el día.

En un comunicado emitido desde el colegio a última hora de la tarde, se precisaba que los alumnos podrán volver a la normalidad mañana, pero el patio exterior permanecerá clausurado por seguridad, hasta “que se reúnan as condicións adecuadas para o seu uso”, señalaron.

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