No hay dudas de qué parte de la provincia tiene las temperaturas más gélidas. Están acostumbrados a ocupar titulares tras encabezar, año tras año, los ránquines de mínimas. Se trata de Calvos de Randín, en la zona de A Limia fronteriza con Portugal. Allí, en este año, tiene una media de temperaturas mínimas de 2,1 grados centígrados, todo un mundo de diferencia con la ciudad, donde con 10,9 grados, es la parte de la provincia donde menos frío se pasa.
Junto a Calvos de Radín, de nuevo Cabeza de Manzaneda se cuela en el podio de frío, algo que se da por normal al estar en la alta montaña. Baltar, también en A Limia, completa el podio de zonas más frioleras, aunque ya a bastante diferencia, y con una media de mínimas superior a los cinco grados centígrados.
En el lado contrario, aparte de la ciudad, también tienen las mínimas más altas, y, por consiguiente, las noches más apacibles, en Valdeorras y Celanova.
