Además, también en la autovía fue interceptado un camión que transportaba baterías de coche de forma indebida
Dos camiones de mercancías fueron interceptados ayer por la Guardia Civil de Tráfico en la A-52, a la altura de Verín, hacia las once y media de la mañana.
Uno de los vehículos intervenidos no transportaba ninguna carga, pero los agentes vieron signos claros de que el conductor había consumido sustancias, por lo que procedieron a hacerle el test de narcóticos. Finalmente, el conductor del camión dio positivo en consumo de porros y cocaína, por lo que los agentes decidieron inmovilizar el vehículo y advertir al jefe de la empresa de transportes. Los agentes del Instituto Armado se pusieron en contacto con la empresa encargada de ese camión para que enviasen a un segundo chófer y el vehículo articulado pudiese continuar su trayectoria.
Según la patrulla, el jefe del conductor dijo que "no va a mandar a nadie y que espere a que se le pasen los efectos". Los agentes estimaron que el tiempo medio que tardan ese tipo de sustancias en dejar de hacer efecto es de "unas ocho horas". Ante estos hechos, el conductor se enfrenta ahora a una sanción de 1.000 euros y la pérdida de seis puntos del carné. Además, los agentes comentaron que el jefe "lo está esperando en la empresa con una carta".
El segundo vehículo interceptado era un camión que transportaba mercancías peligrosas, en concreto, baterías de coche. Los agentes especializados en transportes le dieron el alto y, tras una inspección ocular, pudieron comprobar que el ácido de las baterías se había derramado por el remolque y que incluso traspasó hasta los neumáticos, lo que provocó la corrosión de los mismos. Además, el camión no tenía la inspección técnica pasada "ni del remolque ni de la cabeza tractora". El conductor tendrá que hacer frente a una sanción de 4.000 euros por transportar mercancía peligrosa indebidamente.
