Coronavirus

Casa en Portugal y las vacas en España

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photo_camera Venancio Pires, guarda sus vacas en una finca del lado español. Al fondo la localidad de Randín. (FOTO: A.R.)
Una veintena de ganaderos y agricultores de la localidad lusa de Tourem, fronteriza con Calvos de Randín, se ve obligado a diario a cruzar caminando la frontera para pastorear su ganado en territorio español, donde tienen la mayoría de sus fincas

El cierre de todos los pasos fronterizos, exceptuando el oficial de Feces de Abaixo-Vila Verde de A Raia, entre España y Portugal, está provocando numerosas dificultades entre los vecinos de los pueblos de un lado y otro de la Raia. Una veintena de ganaderos y agricultores de la localidad lusa de Tourem, fronteriza con el municipio de Calvos de Randín, se ve obligado a cruzar a pie por entre los bloques de hormigón que impiden la circulación entre Ourense y Portugal para poder alimentar su ganado, regar o recoger cultivos.

La cercanía del pueblo portugués con el ourensano de Randín -hay poco más de un kilómetro- conlleva que las fincas de labradío, prados e incluso montes vecinales estén prácticamente mezclados. "Casi teño más terreo do lado español que en Portugal", afirma uno de los ganaderos, Venancio Pires, al tiempo que recordaba que el cierre de la frontera "non é por  dictadura ou problemas políticos. É polo noso ben. Hai unha situación sanitaria grave e debemos respetar as normas. Claro que é unha incomodidade, pero que vamos facer", comenta.

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Este ganadero recogía sus múltiples cabezas de vacuno en una finca en territorio ourensano, a escasa distancia de Randín. Su explotación ganadera está en Portugal, a escasos metros de los bloques de hormigón instalados para impedir el paso. "Sempre fago forraxe para o gando e teño o silo no lado español. Ninguén sabía que iba acontecer esto", lamenta.

Este ganadero utilizaba el tractor para trasportar el forraje y alimentar a su ganado en el establo, pero los bloques de hormigón le impiden utilizar, circular hacia el otro lado con maquinaria agrícola.

Para que las reses no pasen hambre les proporciona el alimento en la propia finca o lo traslada con un carretillo manual, una situación en la que se encuentran la mayoría de sus vecinos.

Veto: no ir a los pueblos

Las autoridades lusas son conscientes de la situación. Una patrulla de la Guardia Nacional Republicana (GNR) vigila constantemente el estado de los pasos fronterizos de Tourem. "Nos primeiros días retiraban as vallas, porque eran metálicas, para pasar. Pero agora, cos bloques de formigón, non hai problemas. A cidadanía so ten que ser respetuosas ante as novas normas", afirmaban fuentes del cuerpo de seguridad.

Los vecinos de Tourem aseguran ser conscientes de los motivos del cierre de la frontera y de la intensa vigilancia que está llevando a cabo la GNR, que de momento no impuso ninguna prohibición de cruzar a pie para alimentar el ganado o recoger cultivos. Eso sí, todos ellos tienen unas instrucciones muy claras, solo pastorear y en solitario. "Debemos permanecer na finca, non mezclarnos con moitas personas e non ir os pobos. Esto xa o facemos polo noso ben e o das outras persoas, pero claro non podemos deixar morrer de fame o gando", recalca Venancio Pires, al tiempo que asegura tener familiares trabajando en Xinzo y Allariz. 

Relaciones y distancias

La localidad de Tourem se adentra en la Raia española formando un pico. Su ubicación provoca que los vecinos mantenga una intensa actividad comercial con los pueblos ourensanos, cuyos vecinos, a su vez,  acuden con frecuencia a realizar compras o simplemente a pasar un momento de ocio a Tourem. Las relaciones vecinales, que perduran desde hace siglos, son estrechas hasta el punto de conocerse unos a otros ya no por el nombre sino por los  apodos.

Los vecinos de Randín también tienen fincas del otro lado de la frontera, en Portugal, pero, sin embargo, no se están viendo en la situación de los ganaderos lusos, "simplemente porque no hai gando", asegura un vecino.

Los vecinos de Tourem para desplazarse a Montalegre, capital del municipio, deben cruzar una montaña incluida dentro del parque natural de Peneda Geres. La carretera se caracteriza por la curvas y el firme estrecho. Para evitar el recorrido -más de 30 kilómetros-, los vecinos encontraron mejores accesos por el lado español, circulando en dirección A Baltar y, posteriormente, por el paso fronterizo de este municipio. "No es mucho más cerca", aseguran. 

Control conjunto de Guardia Civil, GNR y ejército en Oímbra

Agentes de la Guardia Civil, soldados de la Brilat y efectivos de la Guardia Nacional Republicana lusa (GNR) establecieron ayer un control conjunto en el paso fronterizo en Videferre (Oímbra) y Soutelínho da Raia (Chaves). El paso permanece cerrado, al igual que los restantes de la provincia, con bloques de hormigón. Los agentes inspeccionaron la zona. 

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