La otra cara del Entroido

El Casco Histórico de Ourense amanece plagado de vasos y botellas

photo_camera El Casco Histórico de Ourense amanece plagado de vasos y botellas.
O Cimborrio: “Las fiestas tienen que moverse a zonas en las que no se moleste a la población”, apuntan tras comprobar el rastro de ruido y basura que deja el Entroido estos días

Las calles del Casco Histórico de la ciudad amanecieron este domingo plagadas de la basura originada durante el sábado de Entroido. La resaca de la noche festiva se dejó ver en cada esquina: plazas, escaleras y calles estaban repletas de vasos de plástico, latas, botellas de vidrio y bolsas. Pasadas las diez de la mañana, los servicios municipales de recogida de residuos todavía estaban en plena faena para recoger las toneladas de basura esparcidas por el suelo. 

La intensa actividad en el exterior -hasta cuatro escenarios musicales repartidos por el barrio- favoreció que la población optase por hacer botellón en plena calle, así como comprar las consumiciones en los establecimientos para luego sacarlas fuera. De hecho, los puntos de mayor concentración de basura se registraron en el entorno de Santa Eufemia, Plaza do Ferro, Praza do Correxidor y Praza Maior, donde tuvieron lugar las actuaciones musicales organizadas por el Concello de Ourense. 

Desde la asociación O Cimborrio aseguran que la situación de ayer se repite tras cada noche de “celebración” en el Casco Histórico. “El botellón es algo muy habitual en la zona”, explica Carlos Vence, presidente de la entidad, que reclama un cambio de ubicación para los eventos festivos como el Entroido. “Aquí aguantamos el Samaín, el Magosto, Fin de Año, Reyes, Entroido, luego el Corpus… Ya está bien. El Casco Histórico es una Zona Acústicamente Saturada (ZAS), aquí no pueden hacerse estas fiestas”, asegura. Pide encontrar una localización adecuada, lejos de viviendas: “No es cuestión de moverlo a otro barrio, no. Es hora de buscar un sitio adecuado, donde no se moleste a la población”. 

Habla del gasto económico que suponen las fiestas: “Los hosteleros privatizan los beneficios y socializan los gastos. Ellos hacen caja, y los gastos de las carpas, la seguridad, los músicos o la limpieza, los pagamos los ciudadanos”.

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