Veinticinco años después de que se hubiera iniciado el expediente para la declaración de Bien de Interés Cultural (el reconocimiento llegó dos años después, en el 2000), en la categoría de monumento, a favor del cementerio de San Francisco, este espacio languidece con un lamentable estado de conservación, agravado por las últimas tormentas, que han dejado intransitable el recinto, a apenas un mes de que se llene de visitantes con motivo del Día de Fieles Difuntos. “Así está todo el cementerio, en tiempos había una televisión, que se llamaba Auria TV (televisión cuya propiedad es del actual alcalde) que no salía de aquí de grabar y preguntarnos las mejoras que se podían hacer, pero no se les ha vuelto a ver”, señala una de las personas que visita con asiduidad el recinto para homenajear a sus familiares fallecidos. Califican de “lamentable” el estado actual y señalan que ha llegado a límites nunca antes vistos.
El reconocimiento llegó dos años después, en el 2000. En la lucha por esta puesta en valor tuvieron mucho que ver la Asociación de Amigos del cementerio y su presidente de honor, el escritor José Ángel Valente, también enterrado en ese lugar. Ahora, el camposanto en el que reposan los restos de intelectuales como Eduardo Blanco Amor, Otero Pedrayo, Ben-Cho-Shey o Xocas sobrevive desamparado, con una imagen de abandono que en absoluto hace honor a su título de BIC.
“Es un lugar de gran honor e historia para Ourense y todos sus habitantes”, describe la Asociación Europea de Cementerios Singulares al camposanto de San Francisco, club selecto al que pertenece desde hace años, junto a otros 178 cementerios de 22 países.
Sin embargo, ahora los senderos entre las lápidas están hechos ya a prueba de esguinces mientras los usuarios se ven obligados a transitar entre grietas y socavones ante la desidia del Concello de Ourense.
