Los participantes en las jornadas coinciden en enlazar los barrios, pero sigue la discusión del soterramiento

La CEO insta a analizar ‘sin cabezonerías’ las opciones de integración urbana del AVE

La cuarta sesión de las jornadas del AVE contó con la participación de arquitectos del equipo de Foster, que expusieron proyectos realizados en otras ciudades. La jornada dio pie, al fin, a un debate sobre las opciones de integración.
Una oportunidad de crear un nuevo espacio público, donde la estación debe ser un edificio de referencia arquitectónica que conjugue ‘belleza y funcionalidad’, y con el objetivo fundamental de unir la ciudad ahora dividida. Son las premisas que ofreció ayer el arquitecto Ricardo Mateu, socio del estudio Foster and Partners, durante su intervención en las jornadas sobre integración ferroviaria en la ciudad. Un proyecto sobre el que manifestó que ‘si tenemos la suerte de ser seleccionados para hacerlo, estaremos encantados’. En la ponencia estuvo acompañado de Manuel Fernández, miembro de su equipo, y Juan Carlos Cabanelas, colaborador del estudio. La ocasión permitió a Mateu exponer diversos trabajos de Foster and Partners, si bien sobre el proyecto ourensano señalaron que aún no pueden ofrecer soluciones concretas hasta estudiarlo a fondo, según manifestaron ante las preguntas del público, que esperaba conclusiones más detalladas.

Intervenciones

El cuarto día de las jornadas dio pie a que, al fin, se abriese el debate sobre las cuestiones latentes de la integración urbana que, en las tres sesiones anteriores, prácticamente no se habían expuesto. Y, a raíz de lo manifestado por quienes intervinieron en la sesión de ayer, existe una posición común -la de evitar la división que actualmente supone la vía del tren e integrar los barrios-, pero persisten las discrepancias sobre si hay que soterrar las vías (no la estación), ya que mientras unos lo defienden, otros no lo ven necesario.

Ante las diferentes posturas, Mateu intervino proponiendo una ‘apertura de miras’ y planteando como posibilidad que ‘ya que Ourense es una ciudad de puentes, la cubierta de la estación puede ser un puente, una plaza’, apuntó, añadiendo que el equipo que lo estudiará no va a limitar las opciones.

Las intervenciones motivaron que tomase la palabra Francisco Rodríguez, presidente de la CEO, entidad que en las alegaciones al trazado de integración urbana se pronunció a favor del soterramiento. Sin embargo, Rodríguez lo calificaba ayer de ‘irrelevante’, señalando que lo importante será la cota de llegada de las vías a la estación, que determinará espacios urbanos distintos. El presidente de la CEO consideró que el debate debió haberse realizado ya antes, pero reconoció el papel del alcalde por estar ahora conduciéndolo, al tiempo que reivindicó ‘buscar la mejor solución entre todos, no llevar la razón por cabezonería, ninguno de los grupos’.

El alcalde, al final del acto, señalaba que el Concello no rechaza el soterramiento, sino que considera que debe lograrse el mejor proyecto sin limitación alguna, insistiendo en la ‘permeabilidad’ entre barrios.

Inspiración en el entorno y sostenibilidad, claves de los diseños del equipo de Foster

El equipo de arquitectos de Foster and Partners presentó ayer diversos trabajos que, según señalaron, han sido fruto de un profundo estudio de su entorno. Otro de sus criterios de trabajo es lograr la mayor sostenibilidad ambiental.

La intervención de Ricardo Mateu en las jornadas tuvo como eje central la presentación de proyectos realizados en diversos lugares del mundo, particularmente las intervenciones en materia de estaciones o aeropuertos. Entre ellos presentó el intercambiador de Greenwich, en Londres, que definió como una ‘puerta de entrada a la ciudad’, al igual que considera que la estación ourensana debe ser la ‘puerta de entrada a Galicia’. Otro de los proyectos destacados es la estación de alta velocidad de Florencia, que tuvo como eje central un ‘profundo respeto’ a la arquitectura de esta ciudad, o la de Dresden, en la que se restauró un edificio originario de 1898. En este sentido, sobre su idea de la estación ourensana, consideró preciso mantener el ‘elegante’ edificio actual, integrándolo con su entorno.

En lo referente a sus intervenciones en aeropuertos, Mateu destacó el de Pekín, con una cubierta aerodinámica en forma de dragón que evoca los colores y símbolos chinos, así como el de Chek Lap Kok (Hong Kong). Tanto en los aeropuertos como en las estaciones, en la mayoría de trabajos de este estudio existe un gran interés por la luz natural -ya sea con grandes cúpulas o con fachadas de vidrio-, así como la integración de materiales con su entorno y la sostenibilidad.

Con respecto a los puentes, el arquitecto presentó el Viaducto de Millau, de 2,5 kilómetros, ubicado en una reserva natural, o el puente del ferrocarril en Arstaviken (Estocolmo), con una forma ondulada en respuesta al paisaje y una ‘geometría relajada’ acorde con la tranquilidad de la bahía donde se ubica.



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