Además de ser un lugar con amplio patrimonio cultural y etnográfico, Larouco destaca por su enorme riqueza vitivinícola. Basta con visitar Seadur, en donde la parte alta del pueblo está formada por covas, esas bodegas excavadas en la roca, en donde guardan el vino.
Ese encanto se acentúa al ver una de esas tradicionales covas convertida en un restaurante, A Cova da Xabreira. En junio del 2021, Simón Val y su familia apostaban por poner en valor el lugar de una manera singular. ”Non había nada aberto e ninguén podía ver unha cova por dentro se visitaba o lugar un día calquera”, explica el gerente, añadiendo que este, “aínda que é arriscado polo despoboamento, é un proxecto persoal, ademais de poñer en valor as covas, é o que para min é Seadur”.
El restaurante abre de jueves a domingo, con el encanto de un lugar de aforo reducido a 40 personas en el interior y algo más de 20 en su terraza exterior, permitiendo disfrutar de espectaculares vistas, rodeados de más de medio centenar de construcciones similares.
La parrilla es la auténtica jefa de su cocina, manifiesta Simón. “Os pratos estrela son o bacallau á brasa e o chuletón de vaca, todo acompañado por godello e mencía das nosas bodegas”, explica el propietario sobre este novedoso espacio, referente en la zona, que también aprovecha los productos de temporada kilómetro cero de su huerta, aportando sabores de toda la vida al comensal.
Tras una buena comida, con la calidad de la enogastronomía valdeorresa, en un entorno privilegiado, los visitantes podrán gozar de buen descanso a pocos kilómetros, en la casa rural Pacio do Sil, situada en Vilela, a escasos metros de A Rúa. Esta antigua casa de labranza abría sus puertas en el 2018, cuando Albán Macía y su familia, apostando por dar a conocer desde su establecimiento el dilatado acontecer histórico valdeorrés, no dudaron en mantener el encanto y la esencia de la casa durante su restauración. “Se ha intentado mantener al máximo todo lo que había”, señalan desde la gerencia.
Todo el complejo está rodeado por un muro de pizarra, material típico de la zona, con el que pretenden aportar tranquilidad y un toque hogareño, al igual que en sus 9 habitaciones dobles que portan originales nombres dedicados a los distintos tipos de uva. Las estancias están “dotadas con todos los servicios, pero manteniendo en cada una de ellas el ambiente de casa rural”, añade el gerente, aunque lo que destaca del establecimiento es que la casa se ubica en Vilela pero con las comodidades de estar a un paso de A Rúa, un lugar con mayor población. “Para nosotros el encanto que tiene la casa, sobre todo para los que vienen de la ciudad en busca de tranquilidad, es estar situada en una aldeita pequeña, pero pegada a un pueblo mayor que cuenta con todo tipo de servicios que hacen la estancia más cómoda”.
