El impacto del Virus de la Inmunodeficiencia Humana (VIH) se ha reducido en la última década en la provincia, pero los sanitarios recordaron ayer, en el Día Mundial de la Lucha contra el Sida, la importancia de la prevención. En 2022, el servicio de Enfermedades Infecciosas del Complexo Hospitalario Universitario de Ourense (CHUO) detectó 12 nuevos casos, de los que más del 85% se deben a prácticas sexuales de riesgo -en su mayoría, de tipo homosexual-. “No se le puede perder el respeto a este virus”, señala Ricardo Fernández, uno de los médicos del servicio. El perfil más común: hombre de 38 años. “También hay pacientes más jóvenes y más mayores, pero esa es la media”, apunta. El facultativo explica que un 20% de los nuevos casos se corresponde con personas que llegan a la provincia desde otros países.
Atrás quedaron los años más duros de la epidemia. “Recuerdo aquellos pacientes que estaban ingresados durante meses y meses, muchos de ellos morían… Aquellas personas fueron atendidas por la sanidad pública y universal, es importante no olvidarse”, reivindica Fernández. Desde el año 1984, en Galicia se contabilizaron 4.336 pacientes con SIDA, de los que 495 se detectaron en Ourense.
Los avances en las medicaciones han supuesto un salto en la calidad de vida de las personas contagiadas. “Con una pastilla diaria, llevan una vida normal”, asegura el facultativo. Actualmente, 550 pacientes ourensanos se encuentran en tratamiento. “La medicación permite que su carga sea negativa, lo que impide los contagios. Ahora sabemos que si la persona infectada tiene una pareja y quieren tener hijos, pueden tener relaciones sin preservativo, porque la carga viral es negativa”, detalla. Fernández explica que, cuanto mayor sea el número de personas tratadas, menor será la transmisión del virus. “En los países occidentales la situación ha mejorado mucho, pero el lugar donde más casos se detectan es la África Subsahariana, y ahí todavía no ha mejorado”, apunta.
Prevención
Ricardo Fernández habla del aumento de enfermedades de trasmisión sexual (ets) entre la población ourensana. “Vemos muchos casos de sífilis, clamídeas y gonococia, sobre todo entre gente joven, pero también entre personas mayores”, destaca. En esa línea, pone el foco en la importancia de la prevención y la educación sexual. “Los sanitarios vemos una relajación de las medidas de protección, sobre todo en relaciones de tipo homosexuales”, señala.
