El cimborrio de la Catedral dejará de tener goteras

Cimborrio de la Catedral de San Martiño.
photo_camera Cimborrio de la Catedral de San Martiño.
La Xunta licita una remodelación por más de 600.000 euros para evitar filtraciones de agua

La Consellería de Cultura licitó la semana pasada las obras de restauración del cimborrio y de la fachada sur de la Catedral de San Martiño, una actuación que cuenta con un presupuesto base de 575.992,63 euros. La restauración tiene como objetivo, según explican desde la Xunta, “garantir a protección e conservación” del Bien de Interés Cultural, y está enmarcada en el Plan Catedrais de Galicia 2021-2027 de la administración autonómica.

Los trabajos buscan mejorar las condiciones de conservación de la fachada y eliminar las filtraciones que afectan a la zona del cimborrio. Tal y como detallan desde la Consellería, se prevé cambiar el sistema de evacuación de aguas pluviales por otro “que teña carácter continuo e unitario que evite as filtracións”, entre otras actuaciones orientadas a evitar las humedades en el histórico inmueble, como por ejemplo, impermeabilizaciones o la sustitución de la carpintería. El agua también será un enemigo a batir en la fachada sur, así como las colonizaciones biológicas -como los líquenes- y la suciedad de la piedra. 

Los trabajos durarán un máximo de cinco meses. Desde la Xunta destacan el desembolso que suponen y resaltan que desde 2015 invirtieron “preto de 2,7 millóns de euros” en la Catedral.

AÚN CAE AGUA EN EL ARCHIVO

Los trabajos de recuperación van dirigidos a aplacar uno de los mayores problemas que padece la Catedral de San Martiño: las filtraciones de agua. Tanto es así, que a principios de mes un aguacero hizo que la humedad irrumpiera en otro de los espacios del conjunto histórico, el Museo Catedralicio, uno de los más importantes de España en cuanto a documentación medieval. El agua afectó a documentos históricos de gran valor, datados en el siglo XIV.

El delegado de Patrimonio de la Diócesis, Luis Manuel Cuña, comentaba ayer que “mientras no pare la lluvia, está todo como antes”. Según explicaba, no se puede intervenir hasta que cesen las precipitaciones, pero la situación está “un poco más controlada”. “No es que no baje agua, pero ya se han retirado los libros y la documentación donde podía hacer daño”, matizaba el delegado.

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