La ministra de Transportes, Raquel Sánchez, reconoció ayer que habrá nuevos retrasos en las entregas de los trenes Avril del AVE gallego. La nueva fecha prometida es otoño, concretamente octubre o noviembre, según los compromisos de Talgo, la compañía que fabrica los convoyes.
Este tipo de retrasos dificulta sobre todo las conexiones con el resto de Galicia, no tanto con Ourense, que sigue teniendo comunicación directa con Madrid. La situación es menos lesiva para los intereses de la provincia que ha notado cómo el tren de alta velocidad trae a la ciudad a cientos de viajeros a diario, lo que ayuda a la permeabilidad territorial y también a la promoción de Ourense.
Es valorable todo esto porque es importante señalar que no haciendo nada la ciudad está recibiendo una cantidad de visitantes impensable hace años. Imagínense que el sector privado y el Concello de Ourense hubiesen diseñado una estrategia para aprovechar aún más esta dotación. Seríamos una ciudad de primera. Pero, entonces, no seríamos ourensanos.
