Un nuevo retraso en la entrega hará que los trenes Avril no lleguen, al menos, hasta el otoño. Así lo confirmó ayer la ministra de Transportes, Raquel Sánchez, quien afirmó que las “últimas informaciones que ha facilitado” la empresa Talgo, encargada de la fabricación, apuntan a que la llegada de los Avril a Galicia se producirá en “octubre o noviembre”, tras haber notificado “un retraso en la entrega” de las unidades. Esta nueva fecha supone un mazazo para la alta velocidad gallega en materia de competitividad y precios, ya que se esperaba para el verano de 2022 la llegada de los nuevos convoyes, como anunció el propio ministerio a inicios de año.
El retraso en la entrada en servicio de los trenes Avril de rodadura desplazable para la línea gallega se explica en este momento en buena parte por el complejo y exigente proceso de homologación que están sufriendo, con un paquete de parámetros que tienen que garantizar la seguridad del tren, como antes se hizo con la infraestructura. Porque cuando Renfe adjudicó el contrato a Talgo, lo hizo sobre un prototipo que tendría que ser fabricado y también homologado.
Cronología
Los trenes Avril llevan ya seis años y medio de historia desde que fue adjudicada su fabricación, con nuevos problemas por el camino que han ido incrementando todavía más el incumplimiento de los plazos. El contrato, lanzado por Renfe en 2015, preveía la adjudicación de los primeros 15 trenes para su entrega en 2018 y otros tantos en tandas de cinco unidades, según fuesen siendo necesitados por el operador ferroviario. La interinidad del gobierno del PP en aquel momento retrasó la adjudicación hasta el 28 de noviembre de 2016. El plazo de entrega de las primeras 15 unidades sería de 38 meses, a contar desde la firma del contrato, lo que obligaría a Talgo a poner a disposición de Renfe las unidades de ancho estándar en 2020.
Meses más tarde, el 1 de junio de 2017, el Gobierno amplió a 30 trenes la adjudicación de Talgo, añadiendo los 15 de rodadura desplazable. Íñigo de la Serna, entonces ministro de Fomento, pensaba ya en la inauguración de la línea gallega y en la necesidad de que, para cuando esta se materializase, Renfe contase con trenes que permitan llevar la alta velocidad más allá de Ourense, por las vías gallegas de ancho ibérico.
No se amplió el plazo de entrega, pese al nuevo encargo. Pero se haría años más tarde, cuando Renfe renegoció cambios en los modelos en fabricación: quiso abaratar los costes, suprimiendo el sistema LZB de control de tráfico y gestión de trenes que se utiliza en la línea Madrid-Sevilla, asignando únicamente los sistemas Asfa y Ertms. También quiso realizar modificaciones estéticas y de acomodación en los trenes, así como destinar diez trenes al nuevo servicio de bajo coste AVLO, lo que supuso una reconfiguración de las plazas, pasando de 521 a 580 asientos.
Las modificaciones obligaron a un cambio en la fecha de entrega, que se amplió hasta 2021, momento a partir del cual entró en juego la pandemia, ocasionando importantes quebrantos tanto en la cadena de suministros como en el proceso de fabricación. Los 38 meses iniciales, que se ampliaron a 50 con la renegociación sobre la marcha, superan ya los 80.
Ventajas de los Avril
Esta futura serie 106 de 30 trenes de muy alta velocidad asegurará una reducción de los tiempos de viaje a Vigo y A Coruña y un incremento del 50% en la oferta de plazas en el corredor de alta velocidad Galicia-Madrid. Desde que Renfe aplica en los servicios comerciales un sistema dinámico de precios, el coste del billete ya no depende tanto de la distancia o la categoría del asiento como de la ley de la oferta y la demanda. Y como la demanda llega en muchas fechas a superar la oferta de plazas, se ha encarecido el viaje en los AVE y Alvia que circulan entre Galicia y Madrid, sobre todo en periodos de vacaciones y fines de semana. Con la competencia a Renfe lejos, el único alivio para los precios no llegará hasta que los Avril circulen, añadiendo 10.000 plazas semanales por sentido, un 50% más sobre las que dispone Ourense.
