Es muy llamativo el titular porque es muy interesante la situación: el transporte ourensano capta peruanos para cubrir plazas de conductores de camiones. Es más, una veintena de familias se han mudado desde Lima a Baños de Molgas para recibir formación. En esa localidad prevén echar raíces.
Nuestra realidad social nos lleva a no ser capaces de resolver el sarcasmo de tener una importante bolsa de paro pero que las empresas no encuentren trabajadores. Seamos claros: si hay que acudir a otros países es que a los españoles no les da la gana de coger el volante, como tampoco ser carpinteros, albañiles, fontaneros, panaderos y tantas otras necesarias y dignas profesiones.
Por apetecer tampoco les apetece otras profesiones de aparente pedigrí superior. Por lo positivo conviene subrayar que los profesionales que llegan serán un alivio para empresas que pueden mantener su actividad gracias a nuevos chóferes y que el rural ourensano puede tener cierto respiro gracias a la emigración.
Así, la sociedad caminará hacia dos polos: por un lado, gente que viene de fuera a trabajar y por otro, los nuestros que se seguirán creyendo que esta es una sociedad de opulentos y mantenidos con obligación de darles de comer.