Fernando Silva, de 56 años y natural de Portugal, se convirtió ayer en el protagonista involuntario de la anécdota del día en la ciudad, al precipitarse con su vehículo, un Audi A-4, por la escalinata de la iglesia Santa María Nai. Faltaban unos 20 minutos para la una de la tarde cuando 'un despiste' acabó con el coche sobre las escaleras. 'Viña por aquí para coller cara o mercado, baixando moi despacio e non me decatei (de las escaleras)', señaló después el conductor, que reconoció que, aunque no era la primera vez que estaba en la ciudad, no conocía la zona.
Con las ruedas traseras en el aire y las delanteras posadas sobre el sexto escalón, el conductor bajó del vehículo que, ante el riesgo de que continuara cayendo por la escalinata, tuvo que ser retirado con la grúa municipal. Una maniobra que fue supervisada, además de por los agentes de la Policía Local, por un buen número de curiosos que se detuvieron ante las escaleras para observar -y fotografiar- lo sucedido.
Finalmente, la grúa logró retirar el vehículo, que salió del atolladero por el mismo sitio por el que había entrado: la Praza da Madalena. Afortunadamente, la anécdota no ocasionó ni víctimas ni daños, más que para el bolsillo del conductor, que fue denunciado por circular por zona peatonal. A él el despiste le costó -según dijo- 100 euros.
Finalmente, la grúa logró retirar el vehículo, que salió del atolladero por el mismo sitio por el que había entrado: la Praza da Madalena. Afortunadamente, la anécdota no ocasionó ni víctimas ni daños, más que para el bolsillo del conductor, que fue denunciado por circular por zona peatonal. A él el despiste le costó -según dijo- 100 euros.
