Crónica

Como en casa, en ningún sitio

OURENSE 26/05/2021.- Germán Ricoy y María Eiriz. José Paz
photo_camera María Eiriz y Germán Ricoy, con su primer juego de mesa, "¡Caninos!", que combina perros y pizza. (Foto: José Paz)
María Eiriz y Germán Ricoy vivían en La Reunión, departamento francés de ultramar. Con la pandemia, decidieron volver a la tierra de ella, un viaje de 10.000 km que les ha servido para crear una editorial de juegos de mesa y reinventarse en plena pandemia. 

Las crisis son oportunidades. La de María Eiriz fue la de volver a su tierra natal junto a Germán Ricoy. En junio de 2020, cuando la pandemia acababa de asestar a medio mundo sus primeros golpes, decidieron hacer las maletas y hacerse un viaje de casi 10.000 kilómetros, desde La Reunión, departamento francés de ultramar en el océano Índico, isla vecina de Madagascar, para regresar a la ciudad de As Burgas. 

Aquí se embarcaron en un proyecto que traían ya madurado y que asumen que es "complicado". Se trata de la creación de una editorial de juegos de mesa, Buscalume, en el jugador iba preguntando "se había lume"  en una esquina. "Como nosotros vamos en busca del fuego, del juego ideal", dice Germán. 

Cuando se cumple un año de regreso a  tierras ourensanas, en el que han trabajado intensamente para crear una cooperativa de trabajo asociado, han parido su primer juego de mesa, que lanzarán en la plataforma de financiación cooperativa Verkami este 8 de junio. 

María, directora creativa y de arte, es ourensana de pura cepa. Es hija de Antonio González Mangana, ourensano de Presqueira (Baños de Molgas) e histórico vocalista con el que tantos ourensanos "hemos bailado, soñado y amado" en la "inolvidable" orquesta Auria y, posteriormente, en el grupo Los Murciélagos, como recordaba hace no mucho en estas páginas Lito Seoane. 

Germán es "de mil sitios". Su familia es de Noia, nació en Madrid, se crió en Alicante y montó en Salamanca una empresa de publicidad: "En Galicia no me siento forastero, en mi casa siempre se comió empanada y caldo gallego". Con la crisis de 2008, cuando todo se complicó, cogió sus ahorros y se fue a La Reunión, donde tenía amigos: "Fue un cambio de vida total".  

Allí, vivió un tiempo de los ahorros, preparó oposiciones del Gobierno francés, y acabó dando clases de español en el sistema galo. Cuando estaba en sus años de prácticas antes de titularse, cayó enfermo. En ese tiempo, había conocido  a María por internet, y ella se había ido  a La Reunión con él. En plena pandemia, él se encontraba cobrando el paro y eso fue el acicate para volver juntos a las raíces ourensanas. Él estuvo 10 años en La Reunión y ella casi 4. 

El año pasado, "en cuanto se abrió la ventana", en junio, decidieron volver. "Somos muy aficionados a los juegos. No habíamos hecho uno nunca, pero yo soy especialista en Publicidad, ella en Bellas Artes y podíamos sacar algo que fuera adelante. El trabajo, tal y como están las cosas, o nos lo creamos o no nos iba a caer del cielo. Y este sector está subiendo mucho. La pandemia ha hecho mucho a favor en este sentido". 

Así es el juego

Han creado un juego de mesa, "¡Caninos!", en el que los jugadores tienen que competir para ser los mejores ladrones de pizza. Para ello, cuentan con un ejército de perros de diferentes manadas que los ayudan. ¿Por qué perros y pizza? "Son cosas que les gusta a todo el mundo". Si funciona, esperan expandir la empresa.  

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