Los agentes fueron víctimas de insultos, amenazas e intentos de atropello en los últimos 12 meses

Los controles de alcoholemia e identificación dejaron 51 lesionados en las fuerzas policiales

Agentes de la Guardia Civil, durante un control de alcoholemia en la autovía Rías Baixas.
Los controles de alcoholemia y de verificación de personas y coches provocaron 51 agresiones en el último año contra agentes de la Policía Nacional, Guardia Civil y Policía Local. El conductor que se fugó en la autovía Rías Baixas y resultó herido al dispararse la pistola de un guardia civil encendió la alarma en los responsables del Instituto armado, que obligarán a los agentes a extremar todas las precauciones cuando estén de patrulla. Según el subdelegado del Gobierno, detrás de todas las agresiones está el alcohol.
Un total de 51 agentes de la Policía Nacional, Guardia Civil y Policía Local fueron agredidos en el último año en controles de alcoholemia y de verificación de personas y vehículos. Los agentes, además de resultar heridos, fueron blanco de insultos y amenazas. A 15 de ellos, los agresores intentaron atropellarlos con el coche. La última agresión se produjo a las cuatro de la madrugada del sábado y la protagonizó el conductor que resultó herido al dispararse la pistola del guardia civil, después de la una espectacular persecución por la autovía Rías Baixas, a su paso por Verín.

Pero no fue la única en esta semana. El pasado día 12, otros dos guardias civiles resultaron agredidos tras otra espectacular persecución de un conductor, en este caso por la carretera N-120. El presunto agresor, José Luis R.R., de 42 años, se fugó después de que los agentes le indicasen que se detuviera por realizar una maniobra antirreglamentaria. Así se inició la persecución y lograron alcanzarlo al averiarse su coche, pero el fugado opuso resistencia y agredió a los dos guardias civiles cuando lo reducían para colocarle las esposas. El automovilista conducía un coche robado en A Coruña.

Hace 15 días, otro conductor, Sabino M.G., de 28 años, con domicilio en Quiroga (Lugo), intentó echar fuera de la carretera a un guardia civil, que viajaba solo en un coche oficial, después de insultarlo y circular pegado a su lado por la carretera N-120, a su paso por A Rúa.

Estas dos últimas agresiones causaron preocupación en este Cuerpo de seguridad, pero la registrada en Verín encendió la alarma en la Comandancia, cuyos responsables, según fuentes del instituto armado, solicitaron a los agentes que extremen todas las precauciones cuando estén realizando un servicio de vigilancia, tanto en carretera como en los núcleos de población.

El sudelegado del Gobierno, Camilo Ocampo, aseguraba ayer que en la persecución del con ductor que se fugó en el control de Verín, los guardias civiles actuaron de forma correcta y conforme al reglamento. ’No hay más agresiones que en años anteriores, lo que pasa es que ahora se realizan miles de controles al mes y se detectan más personas que no respetan las normas’, señaló, recordando que detrás de cada una de las agresiones ’siempre hay una concordante, una elevada tasa de alcohol. Quizás habrá que replantearse si son necesarios más controles de alcoholemia’, dijo.

Los responsables del instituto armado intentaban restar importancia a los ataques, tanto verbales como físicos, contra los agentes. Ayer, querían dejar claro que los controles de vigilancia son para una mayor seguridad de la ciudadanía. ’Los guardias civiles están en la calle para ayudar a la población’, apuntan.

Los 51 presuntos agresores fueron detenidos, aunque todos, exceptuando el que se fugó en Verín, que está previsto que declare en la mañana en el Juzgado verinés, quedaron en libertad con cargos.

Te puede interesar