Los efectos de la persistente sequía están reduciendo las reservas hidráulicas embalsadas en la cuenca del Miño-Sil, que en estos momentos se encuentran al 51% de su capacidad máxima, lo que supone una reducción del 23% en comparación a los niveles del pasado año por estas mismas fechas, según los últimos datos publicados por el Ministerio de Medio Ambiente.
En el informe ministerial también se pone de relevancia que la capacidad de la cuenca está 11,5 puntos porcentuales por debajo de la media española. En total, el déficit de agua, teniendo en cuenta la media de los 10 últimos años, es de 625 hectómetros cúbicos, por lo que si no se produce un cambio en la actual tendencia metereológica, los problemas de abastecimiento de agua no tardarán en producirse, por lo que las autoridades ya han solicitado a la población que se extremen las medidas pertinentes para hacer un consumo racional de los recursos hídricos disponibles.
De hecho, hay puntos de la provincia, especialmente en el medio rural, donde la falta de agua en los pozos comienza a preocupar a agricultores y alcaldes, como es el caso de Castro Caldelas, Vilamartín de Valdeorras o Carballeda de Avia. En núcleos más grandes, como Carballiño, el regidor municipal, Argimiro Marnotes, pretende una reunión con el nuevo presidente de la Confederación, Francisco Marín, para plantear la necesidad de construir un pequeño embalse en el Arenteiro que garantice el suministro a la villa en situaciones como la actual.
En la ciudad, las tomas de agua para abastecimiento se siguen haciendo directamente del Miño debido al bajo nivel del embalse de Cachamuiña, algo completamente inusual para un mes de marzo. Sin embargo, para preservar su caudal ecológico se está recurriendo al embalse de Os Peares, que durante febrero tuvo un caudal de salida medio de 25 metros cúbicos por segundo, aunque todavía se encuentra por encima del 95% de su capacidad.
EL EMBALSE DE VELLE TODAVÍA ESTÁ AL 83% DE SU MÁXIMO
En estos momentos, el embalse con menos agua acumulada es el de Salas, en Muíños, a estar sólo al 25% de su capacidad, seguido de la cercana presa de As Conchas, en el mismo concello. Pese a la ausencia de lluvias, el embalse de Velle, en las inmediaciones de la ciudad, almacena 1,14 hectómetros cúbicos, estando por ello al 83% de su capacidad. Retiene más agua de lo habitual, de ahí que el nivel del Miño sea tan bajo.
De hecho, hay puntos de la provincia, especialmente en el medio rural, donde la falta de agua en los pozos comienza a preocupar a agricultores y alcaldes, como es el caso de Castro Caldelas, Vilamartín de Valdeorras o Carballeda de Avia. En núcleos más grandes, como Carballiño, el regidor municipal, Argimiro Marnotes, pretende una reunión con el nuevo presidente de la Confederación, Francisco Marín, para plantear la necesidad de construir un pequeño embalse en el Arenteiro que garantice el suministro a la villa en situaciones como la actual.
En la ciudad, las tomas de agua para abastecimiento se siguen haciendo directamente del Miño debido al bajo nivel del embalse de Cachamuiña, algo completamente inusual para un mes de marzo. Sin embargo, para preservar su caudal ecológico se está recurriendo al embalse de Os Peares, que durante febrero tuvo un caudal de salida medio de 25 metros cúbicos por segundo, aunque todavía se encuentra por encima del 95% de su capacidad.
EL EMBALSE DE VELLE TODAVÍA ESTÁ AL 83% DE SU MÁXIMO
En estos momentos, el embalse con menos agua acumulada es el de Salas, en Muíños, a estar sólo al 25% de su capacidad, seguido de la cercana presa de As Conchas, en el mismo concello. Pese a la ausencia de lluvias, el embalse de Velle, en las inmediaciones de la ciudad, almacena 1,14 hectómetros cúbicos, estando por ello al 83% de su capacidad. Retiene más agua de lo habitual, de ahí que el nivel del Miño sea tan bajo.
