SEMANA SANTA

“Desplante” en Domingo de Pascua

El Domingo de Pascua de Resurrección cierra la Semana Santa, en Ourense de forma peculiar, con la llamada procesión del "desplante" en las escalinatas de Santa María Nai.

Último capítulo de la Semana Santa ourensana. El trayecto entre la Catedral de San Martiño y la iglesia de Santa María Nai, pasando por la Praza Maior, se convirtió un año más en el escenario de la procesión del Domingo de Resurrección, apodada por la historia y la tradición de la ciudad de As Burgas como la “procesión del desplante”.
La imagen de Santa María Nai recorrió el Casco Vello seguida por miembros de la cofradía anfitriona y con el obispo Leonardo Lemos encabezándola, así como con la Banda Municipal de Música, decenas de feligreses y miembros de la Corporación municipal. El portavoz municipal socialista, José Ángel Vázquez Barquero, fue el encargado de portar el bastón de mando, ejerciendo de alcalde en funciones; acompañado por el portavoz del Partido Popular, Rosendo Fernández; los concejales populares José Luis Valcarce, Belén Iglesias y Marinel Fernández y la socialista Ana Garrido.


Lemos Montanet presidió la tradicional misa en la Catedral ante alrededor de 400 fieles y con la participación de la Coral del Liceo. El obispo, en una emotiva homilía, recordó a los presentes que "necesitamos vivir la Eucaristía, al menos, el día del Señor y en aquellos días de especial solemnidad". Recordó también que "Jesucristo vive en cada uno de nosotros, por lo que no debemos ni guardarlo ni buscarlo en un signo de muerte" e insistió en "tener la certeza de que Dios hecho hombre es el Dios de los vivos". Asimismo, hizo especial mención a "nuestros hermanos cristianos que padecen el martirio en pleno siglo XXI por el nombre de Jesucristo".


La salida del paso de Santa María Nai al término de la Eucaristía transcurrió hasta las escalinatas del costado derecho de la Casa Consistorial de la capital ourensana, punto donde los representantes de la Corporación municipal se detuvieron.
Tiempo atrás, un alcalde de la ciudad declinó la petición del Obispado de financiar la reparación de las escalinatas, lo que llevó al obispo a prohibir la entrada al regidor y sus concejales a la iglesia durante esta procesión. Estos hechos históricos, conocidos como el "desplante", se repiten año tras año en la ciudad todos los Domingos de Pascua.
Un año más, el obispo saludó alzando su mitra desde la cima de las escaleras a los políticos, "negando" el acceso de éstos a la iglesia en la que en la última jornada de la Semana Santa sólo "se permite" la presencia de los policías locales portadores del paso y los ciudadanos que acompañaron a la comitiva.

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