El Día Internacional contra la Violencia Machista se celebra con demasiadas ausencias, las de aquellas mujeres que murieron por ser tomadas por alguien inferior. Ourense demostró que muchos viven para terminar con este dolor.

El día en que todos fuimos ellas

Vivimos en un mundo de mujeres. Sin ellas, nuestras vidas serían distintas. De hecho, sin ellas no estaríamos aquí. Son nuestras madres, pero también nuestras hijas, esposas, hermanas, abuelas, novias o simplemente amigas. Sólo un día de los 365 que tiene el año dedicado a recordar la violencia machista es una minúscula porción que no debe hacernos olvidar que todos somos iguales y que nadie debe imponer su género sobre otro que al que cree inferior.
En pleno siglo XXI parece sorprendente que este tipo de actos todavía se tengan que celebrar, pero son muchas, lamentablemente, las que hoy no están aquí porque alguien pensó que no tenían derecho a opinar ni a ser felices, y que eran suyas, como si fuesen un objeto o un animal.

Las cifras lo dicen. 700 fallecidas, recordó la concejala Marga Martín en el acto del Concello, en diez años de Ley de Medidas de Protección Integral contra la Violencia de Género. 140.000 denuncias anuales por maltrato, más las que nunca se llegan a producir. Mientras, crece la violencia entre los extremos de edad. Más mujeres ourensanas mayores de 55 años que dejan una relación por machismo, más víctimas entre 17 y 22 años. Nos duele a todos.

Contra esta amarga realidad, toda la provincia, sin importar la edad, el género, la sexualidad, la ideología o la procedencia, recordó ayer que la importancia está en mostrar el apoyo a las que sufren, a las que están reprimidas, y sembrar desde la más tierna infancia que el respeto y la igualdad son las claves del fin de este machismo obsoleto e inhumano. Ourense provincia vivió un día en el que la educación, la política y la cultura dijeron claramente 'no' a la violencia de género y a cualquier falta de respeto a las mujeres.

Te puede interesar