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Obdulia Díaz y Lola Nóvoa acogieron en su casa a más de un centenar de niños del casco antiguo
A pesar de que el homenaje era para ellas, el escultor quiso también recordar a personas que la ayudaron a sacar adelante a los niños, como el doctor Gallego, el padre Silva, los propietarios de la librería Padre Feijóo, el farmacéutico Bayón, Marina del Río mediante el Patronato del enfermo pobre, así como otros muchos 'de gran corazón'. Con un '¡Qué viva la señora Obdulia y qué viva la señora Lola!', Manuel Penín pasó el turno de palabra al alcalde, Francisco Rodríguez. Éste alabó la 'importancia' de la labor realizada por las dos ourensanas, que 'escribiron fermosos actos de solidariedade e fixéronlle a vida máis doada a moitos nenos', a los que les ofrecieron, sobre todo, 'cariño'. El tributo a 'dúas persoas que silenciosamente fixeron tanto' pasa a formar parte del ' inmenso museo al aire libre' que supone el casco antiguo, en palabras de Francisco Rodríguez.
En la inauguración de la 'Torre do Baño' estuvieron presentes desde la Banda de Música de Ourense, que cerró el acto con el Himno Gallego, hasta amigos del artista, pasando por numerosos representantes de la Corporación municipal. Estuvo también el propio hijo de Obdulia Díaz, Emilio Nóvoa, a quien la emoción no impidió recordar la bondad de su madre y su hermana. Él también ayudó a 'criar a moitos nenos', a pesar de haberse visto obligado a irse pronto de casa.
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