Esperanza cumple 106 y en Navidad irá en AVE

La vecina más famosa de A Ponte celebra un año de éxitos: su secreto de longevidad (licor café) la catapultó al estrellato. Programas de televisión y selfies en el barrio son ahora su día a día. En Navidad vivirá algo que lleva esperando años. 

Esperanza Cortiñas, pontina de pro, está a punto de cumplir 106 años. Desde que entró en los 100, para esta mujer el 3 de diciembre es una fiesta. Pero desde que pasó la barrera de los 105, el aniversario es un acontecimiento sin parangón. El chupito de licor café que toma a las doce en punto, a diario, en el bar de abajo de su casa, la catapultó a la fama hace un año. Sin cortarse, confesó a La Región que el secreto de la longevidad era el brebaje gallego por excelencia. Tras el brindis en el periódico, llegó todo lo demás: varias apariciones estelares en su programa de televisión favorito, contacto directo con Xosé Ramón Gayoso, trato preferente en los autobuses urbanos de la ciudad y algún que otro selfie en el barrio con los vecinos que pasaron a admiradores. Nunca viajó tanto como con 105 años y sigue abrumada por la fama repentina.

No es de extrañar que los políticos se la rifen. El ex alcalde de la ciudad, Jesús Vázquez, presumió en más de una ocasión de bailar con Esperanza en sus redes sociales. El actual regidor, Gonzalo Pérez Jácome, se enamoró de su historia en La Región y, sin dudarlo, aprovechó la fiesta de A Pita de Eiroás para presentarse. “Vino allí al Entroido y le dije mi edad. Ahora quiere que me encargue de la iluminación navideña. Va a venir a buscarme en taxi”, cuenta Esperanza.

"Xosé Ramón Gayoso aún me llamó el otro día. Quería que fuera por mi cumpleaños otra vez a la tele"

“Mira, ya he ido tres veces a Santiago. Al Luar me llevaron tres veces. Gayoso aún me llamó el otro día. Querían que fuera por mi cumpleaños, pero ahora tengo lo de las luces entonces y ya no puedo ir a lo otro”, cuenta Esperanza mientras echa la brisca con las amigas en el Fogar do Pensionista, un lugar de encuentro que extrañó durante los dos años de pandemia que permaneció cerrado. Trató de mover sus hilos, exigiendo al presidente de la Xunta de Galicia que le abriese el chiringuito porque, los mayores como ella, “también queremos ocio, no solo discotecas”. “¡Es que mira qué de gente somos!”, presume Cortiñas en el Fogar do Pensionista. Aquí todos la conocen y la animan a sonreír para el periódico. No se perdona una tarde sin jugar la partida con su hija y las amigas. Aunque los domingos son, por excelencia, su día favorito: “Toca baile por la tarde”. 

Puesta en la actualidad local -con el chupito de licor café suele acompañar el periódico-, la noticia que más disfrutó en este tiempo (aparte de la reapertura del Fogar do Pensionista) es la llegada del AVE directo a Alicante. Esperanza contempló durante años las obras de la estación intermodal, desde la vista privilegiada de su balcón de A Ponte. Vio como llegaba a Ourense el primer AVE desde Madrid pero siempre lamentó que no hubiera conexión directa con Alicante, donde reside gran parte de su familia y a donde no podía viajar. Los transbordos y el tiempo de espera imposibilitaban que Esperanza se trasladase a la provincia valenciana. El 13 de septiembre de este año, con la inauguración de la línea que cubre el trayecto en menos de cinco horas, se ilusionó mucho. Ni el Luar, ni Gayoso, ni encender las luces de Navidad de su ciudad. Ni siquiera volver a bailar los domingos. Lo que le ha cambiado la vida a Esperanza a punto de cumplir los 106 años es la Alta Velocidad. “Pasaré las Navidades en Alicante, con mi familia”.

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