El estado de los contenedores de Ourense, al "límite de seguridad"

photo_camera Además de la falta de seguridad por roturas o caídas que recoge  el informe del coordinador de Infraestructuras y Medio Ambiente, el mal estado de los contenedores acarrea un grave problema de salubridad desde hace seis meses. Son el criadero de incontables roedores en la ciudad. El problema de las ratas ya una plaga se hace patente y mantiene en vilo a los vecinos, sobre todo a los de Casco Vello, que conviven con ellas a diario en la calle.  
Las calles carecen de depósitos de biorresiduos y el Concello se expone a multas de 100.000 euros

 Los contenedores de la ciudad terminaron hace dos años su ciclo de vida útil. Su estado actual hace que los ourensanos se encuentren en “una situación límite de seguridad, estabilidad y no adaptada a la legislación vigente de accesibilidad”, según recoge el informe elaborado el 19 de  mayo de 2021 por el coordinador de Infraestructuras y Medio Ambiente del Concello. 

Como consecuencia de la dejadez a la hora de reponer los bidones urbanos, el gobierno local tendrá que desembolsar de forma inminente tres millones y medio de euros para sustituir 2.085 contenedores de residuos sólidos, envases ligeros, papel-cartón y vidrio. Además, deberá incluir otros 500 de biorresiduos. Estos últimos, en los que se deben depositar desechos susceptibles de degradarse biológicamente, son obligatorios desde abril de este año en todas las poblaciones de más de 5.000 habitantes. Actualmente, el Concello está expuesto -por no tenerlos instalados- a sanciones que pueden llegar a los 100.000 euros. 

Del total del nuevo suministro, solo 2.184 bidones estarán en uso, mientras que el resto quedará en estocaje. Como consecuencia, el incremento de capacidad de los contenedores será del 6,19% en relación con la actual. 

El coordinador de Medio Ambiente es tajante a la hora de analizar el estado de los bidones y señala que podrían “provocarse roturas inesperadas durante as operacións de carga e descarga dos mesmos, o que pode levar aparellados accidentes”. Además, pone en entredicho la seguridad vial en la ciudad, ya que “polo seu diseño, dificultan nalgúns casos a visibilidade  cos conseguintes problemas de seguridade”, menciona. Es decir, que la colocación actual de un gran número de los mismos es errónea y constituye un obstáculo en la carretera. 

Cada contenedor de residuos sólidos cuesta 1.000 euros y está previsto que se compren 560 unidades.  Ligeramente más baratos son los de envases ligeros y los de papel-cartón: cada unidad vale 965 euros. Además, un contenedor de vidrio ascendería a 950 euros. Los de biorresiduos son los más caros, con un coste individual de 1.735 euros. De estos se solicitarán 500 unidades, dejando un gasto de 867.500 euros. 

Por otra parte, poner un depósito en la calle cuesta 83 euros, pero a ello hay que sumar el pago a los cuatro profesionales que realizarán la instalación, del transporte del camión y de las herramientas que se emplearán. Teniendo en cuenta que se espera colocar 20 contenedores al día, la cifra total por cada jornada ascendería a 1.679, 44 euros. Estos costes de ubicación se incluyen en los unitarios.

Seis meses conviviendo con ratas en el Casco Vello

Además de la falta de seguridad por roturas o caídas que recoge  el informe del coordinador de Infraestructuras y Medio Ambiente, el mal estado de los contenedores acarrea un grave problema de salubridad desde hace seis meses. Son el criadero de incontables roedores en la ciudad. El problema de las ratas -ya una plaga- se hace patente y mantiene en vilo a los vecinos, sobre todo a los de Casco Vello, que conviven con ellas a diario en la calle.  

Los bidones de los que entran y salen, además de acumular basura durante horas, están agrietados y surten de vertidos insalubres  las arterias de la zona histórica. Durante los últimos días, desde la asociación O Cimborrio constataron la presencia de decenas de roedores en la calle Pizarro, por la que basta caminar para escucharlas y verlas. 

 Y es que aunque el Concello adjudicó a una empresa la tarea de desratizar, trabajadores de la concesionaria afirmaron que los cebos no sirven ante la presencia en edificios en estado ruinoso o junto a contenedores con comida. 

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