Hace ahora un año, el Juzgado Penal 2 aplazaba el primer juicio, esta vez en la ciudad de Ourense, por las peripecias de Santiago B.L., 34 años y oriundo de la ciudad, como falso enfermero a lo largo y ancho del país. La magistrada aceptaba la petición de la abogada María Álvarez para que el inculpado fuera reconocido por un forense y así evaluar su estado mental. La letrada aportó en ese momento dos sentencias conformadas por delitos continuados de incendios forestales de la Audiencia provincial (año 2017) en las que se les aminoró ostensiblemente las penas al apreciarle una eximente incompleta muy cualificada por un trastorno mixto de la personalidad, diagnosticado en 2015, que limitaba de modo relevante sus capacidades mentales. La sala le imponía, a cambio de no ingresar en prisión, la obligación de someterse a tratamiento psicológico y psiquiátrico.
Pero el forense que ahora lo reconoció en Illescas (Toledo), donde reside, no está de acuerdo. En el informe aportado a la causa que se verá el día 14 de este mes por un delito de falsedad en documento oficial, en relación a título de la Escuela de Enfermería que nunca obtuvo, el médico llega a la conclusión que Santiago B.L. no presenta alteraciones a nivel de sus capacidades intelectivas y volitivas al tiempo de cometer el delito, en marzo de 2018. Es decir, es capaz de discernir lo que está bien de lo que está mal, con un contacto adecuado con la realidad. El falso enfermero, tal como lo apodaron en los numerosos medios de comunicación que se hicieron eco de sus andanzas, tiene un cociente intelectual medio-bajo y sufre un trastorno mixto de la personalidad con rasgo límites: impulsividad, labilidad emocional y rasgos antisociales. Pero, pese a ello, sus capacidades mentales no están alteradas. Sabe lo qué hace y lo qué quiere.
Falsificó el título en Ourense
En el Penal 2 será juzgado por falsificar un título de Enfermería en marzo de 2018 para colegiarse en Ourense, un asunto que le costó una denuncia del órgano colegiado, que ejerce la acusación particular.
El inculpado no sólo intentó colegiarse en Ourense sino que ese mismo año también fue denunciado en Lugo, en donde tiene otra causa penal abierta por intrusismo profesional y falsedad documental. Posteriormente, se fue a Madrid donde consiguió su propósito y ejerció en una residencia de ancianos de La Moraleja, con nómina de 1.700 euros y en un hospital universitario, en donde fue despedido al detectarse fallos en los cuidados de los pacientes. En total, tiene siete procesos pendientes por hacerse pasar por enfermero.
El caso que está pendiente de juicio en su ciudad natal saltó tras la denuncia del Colegio de Enfermería de Ourense. Santiago B.L. solicitó el ingreso en ese ente el 2 de marzo de 2018 e incorporó a su solicitud de alta documentos falsos: declaración de no estar inhabilitado para ejercer la profesión de enfermería y el certificado de pago de los derechos de expedición del título universitario oficial en el que hacía constar que había superado los estudios del título oficial de diplomado cundo en realidad tan siquiera finalizó sus estudios de Educación Secundaria.
El personal del colegio detectó las adulteración porque en el certificado de derechos de expedición de titulo no constaba el registro nacional. Esta anomalía se le comunicó al acusado, quien elaboró un nuevo certificado, simulando, al igual que en el anterior, sellos, la firma y marcas de agua. Pero incorporó en esta ocasión el dato que había omitido, es decir, un nuevo documento falsificado. Pero la firma de la directora de la Escuela de Enfermería estampada en los certificados de la Universidad de Vigo no había sido realizada por ella.
Tanto la fiscalía como la acusación particular piden prisión: hasta dos años y medio, además de multa. Hasta la fecha, Santiago solo estuvo en la cárcel de forma preventiva por los incendios.
