Juan Soto fue puesto en libertad sano y salvo tras cinco días retenido en la montaña, según él mismo explicó a la familia

La familia del emigrante raptado en Venezuela pagó por su liberación

Juan Soto Fernández.  (Foto: M.A.)
En perfecto estado de salud, asustado y muy contento por estar vivo, según confesaba a su familia, volvía ayer a su domicilio Juan Soto Fernández, el empresario de Freás de Eiras (Ramirás) afincado en Venezuela, que el pasado domingo fue secuestrado a las puertas del negocio familiar en El Junquito (Distrito Capital).
Sus raptores le soltaban sobre las cinco de la madrugada del viernes (alrededor de once y media de la noche del jueves en Venezuela), en una zona apartada y con poca luz en el lugar de Mariches, a las afueras de Caracas. 'O tío púxose en contacto co meu primo, gracias a colaboración dun veciño da zona que lle prestou o teléfono', confirmaba su sobrina desde Ourense.

Los minutos fueron horas para la mujer y los hijos al otro lado del océano en una larga noche que comenzó con el pago del rescate, cuya cifra quedará para los más íntimos 'porque os teléfonos están pinchados', confesaba la familia que, en nombre del liberado y del suyo propio, agradecía el interés y las muestras de cariño recibidas.

Sobre los cinco días de cautiverio, Soto ha confesado que cree que estuvo en una zona de montaña, que fue bien atendido por sus captores y que no le faltó alimento alguno, aunque en ningún momento pudo ver a sus secuestradores porque le tapaban la cabeza con una capucha negra, 'menos para comer, que lle puñan cara a parede', relataba a sus más allegados.

En Celanova, su hermana Concepción Soto respondía con una tímida sonrisa a vecinos y clientes que ayer no cesaron en sus felicitaciones. 'Estamos todos moi contentos, aínda que todavía temos unha angustia grande no corpo', reconocía tras una larga charla con su hermano. 'Díxonos que o trataron ben e que non o mancaron. Agora só queremos que volva para darlle un abrazo', confesaba.

A su lado, su hija Ramona, terciaba en la conversación para relatar las palabras tranquilizadoras de su tío. 'Mira como son as cousas que el é moi devoto da Virxe dos Milagros e cando falamos unha das primeiras cousas que me dixo foi 'Ramonita, onte foi a festa nos Milagros, verdade?', relataba su sobrina.

La familia desconoce quién pudiera estar detrás de este suceso 'que nadie se merece, pero Juan menos porque é unha bellísima persoa a quen todo o mundo quere', aseguraba su hermana. Preguntas que tratarán de solventar los agentes adscritos a la División de Antiextorsión y Secuestro de la Policía de Venezuela.

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