Fin a décadas de sangría demográfica en Ourense

Una venozalana prepara unas arepas, comida típica de su país, en el Campo da Feira de Ourense
photo_camera Una venozalana prepara unas arepas, comida típica de su país, en el Campo da Feira de Ourense
La provincia de Ourense logró ganar población después de 24 años de pérdida de habitante continuada y drástica

La provincia despertó de su letargo y ganó habitantes en 2023 tras 24 años de caída. El bum de extranjeros se consolida y permite que Ourense consiga vencer a la despoblación por primera vez desde 1999. El Instituto Nacional de Estadística (INE) publicó el censo oficial del año 2023, que dejó una noticia que invita a la ilusión. La provincia de Ourense consiguió ganar población por primera vez en un cuarto de siglo. Llevaba 24 años consecutivos perdiendo habitantes y, con datos oficiales a 1 de enero de 2023, consigue salir del letargo demográfico ganando población.

Es poco, cierto, tan solo 340 habitantes más en un año, e insuficiente para asegurar que Ourense le ha ganado la batalla a la despoblación. Pero, sin duda, se trata de la primera vez en la que los brotes verdes que se empezaban a intuir se plasman ya en la estadística oficial.

¿Adiós al invierno demográfico ourensano o solo un hasta luego? Habrá que esperar a nuevas actualizaciones del censo, que desde 2021 se actualiza de forma anual -antes se renovaba cada 10 años-, pero el crecimiento del 0,11%, que hacen subir el censo a 304.563 personas, consiguen al menos vencer el sambenito de provincia que se desangra demográficamente.

Los datos de los años anteriores son reveladores. La provincia estuvo perdiendo más de un millar de habitantes anuales desde 2011, con picos de más de 3.000 y hasta 4.431 habitantes menos en 2014. Con ese pasado, toma más valor si cabe el hecho de haber conseguido revertir la tendencia. De hecho, si tomamos como referencia las proyecciones de población que el INE realizó hace un lustro, este año la provincia ya habría bajado de la barrera de los 300.000 habitantes, algo que no ha sucedido.

La población extranjera

La pandemia supuso un antes y un después, especialmente para los concellos pequeños, que están consiguiendo en mayor proporción que nunca, pero no es, ni de lejos, el motivo del cambio de tendencia poblacional en Ourense. La explicación hay que buscarla en el efecto de la población extranjera. Hay más personas procedentes de otros países que nunca en la provincia. Especialmente venezolanos y colombianos, que son las dos comunidades que más están repuntando, pero en tercer lugar se cuela el conflicto ruso-ucraniano. Y es que la guerra y la llegada de refugiados de Ucrania ha supuesto también un bum, ya que se ha cuadriplicado la población de ese país, hasta llegar a 473 personas. No supera el bum de venezolanos, que ha vuelto a crecer en un millar de ciudadanos, y de colombianos, cuya alza supera las 700 personas en un año.

También destaca el crecimiento de cubanos, peruanos, brasileños, marroquíes y argentinos.  Con estos datos, la población nacida en el extranjero ya alcanza casi los 42.000 habitantes (41.905) y supone ya el 13,8% del censo. Solo en cinco años se ha aumentado en 7.000 personas la cifra de extranjeros, mientras que la población de nacionales ha disminuido en 10.000.

Ahora, queda por confirmar este crecimiento, que según los datos que ha ido adelantando trimestralmente a lo largo de 2023 el INE, invitan a pensar en que se está consolidando la ganancia de población y podrían mantenerse los guarismos positivos en el siguiente censo.

La batalla contra la despoblación también se está ganando en el rural. Aunque todavía son más los concellos que pierden habitantes, son cada vez más los que consiguen mantener o engordar el censo. Los datos del INE reflejan que un total de 35 de los 92 municipios ourensanos consiguieron atraer vecinos. A la cabeza está la ciudad, que consigue revertir una tendencia descendente, pero también ganan vecinos grandes villas como Carballiño o prácticamente toda el área metropolitana, con San Cibrao, Barbadás y Pereiro de Aguiar a la cabeza.

Otros seis municipios consiguieron quedarse igual que en 2022, mientras un total de 51 concellos siguen perdiendo habitantes, aunque de forma tímida en la mayoría de los casos. El mayor descenso se produce en Xinzo de Limia (-74 habitantes), Cartelle (-69), Laza (-45), Cea (-40), Leiro (-39) y A Rúa (-38). Destaca el caso de la villa limiana, que sigue desangrándose poblacionalmente, aunque proporcionalmente destacan las caídas de Cartelle, Laza o Cea. Al lado contrario, entre los municipios que mejor saldo poblacional presentan están la ciudad (443), San Cibrao das Viñas (130), Celanova (90) o Lobios (84). 

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