A la cuarta fue la vencida y pudo desarrollarse el juicio por abusos sexuales contra Eloy Villar Míguez, un vecino de Arnoia de 79 años que está acusado por la fiscal de mantener relaciones sexuales en dos ocasiones, en noviembre de 2010, con una mujer de mediana edad incapacitada. La vista oral, que se desarrolló a puerta cerrada a petición de la representante del ministerio fiscal, tuvo lugar ayer en la Audiencia después de que, por distintas vicisitudes, fuera aplazada desde el 26 de septiembre, día en el que fue señalado el juicio por primera vez.
El inculpado, quien ayer no rehusó declarar, reconoció durante la instrucción que la víctima acudió en dos ocasiones a su casa, el 16 y 27 de noviembre de 2010, pero que no quiso, pese a que ella se desnudó, mantener relaciones sexuales con ella.
VERSIONES CONTRADICTORIAS
Pero su versión no coincide con la dada por la mujer, quien no tiene capacidades intelectivas ni volitivas para consentir actos sexuales, a lo largo de la tramitación de la causa penal y ayer en el juicio. Pese a que comenzó asegurando que no se acordaba de nada, en un visible estado de nerviosismo, fue invitada por la magistrada de la sala a tranquilizarse con la interrupción de la sesión unos minutos. La víctima, ya más sosegada, expuso los hechos ante la sala: cómo en dos ocasiones su convecino la invitó a entrar en su casa y la condujo a su habitación, la conminó a desnudarse y que se metiera en la cama, en donde tuvieron contactos íntimos con penetración.
Para la fiscal del caso, el acusado, con ánimo libidionoso y para satisfacer sus instintos sexuales, se aprovechó de la incapacidad de la víctima para consentir actos sexuales (tiene diagnosticado retraso mental moderado), 'prevaliéndose de ello para conseguir así que ella satisfaciera sus instintos sexuales más mendaces'. El caso se destapó cuando la hermana, con quien vivía la víctima y ante quien relató esta última los hechos, interpuso la denuncia el 25 de noviembre de 2010.
El letrado de la defensa, que no reconoce el delito, destacó que fue ella la que por propia voluntad fue a casa del acusado porque, recordando sus propias palabras, 'le dio por ahí'. 'En ningún momento o lugar alguno dijo que Eloy la hubiese llamado, obligado o condicionado para que entrase en su casa, se quitase la ropa, etcétera', aseguró el abogado. En caso de que la sala considere probado que hubo relaciones sexuales, adujo que el encausado es una persona 'sin especial formación y con una imposibilidad real de poder conocer si ella tenía libertad o no para practicar sexo'.
Tanto la fiscal como la acusación particular pidieron a la sala un condena de 18 años de prisión por dos delitos de abusos sexuales con penetración a una víctima especialmente vulnerable por su discapacidad.
VERSIONES CONTRADICTORIAS
Pero su versión no coincide con la dada por la mujer, quien no tiene capacidades intelectivas ni volitivas para consentir actos sexuales, a lo largo de la tramitación de la causa penal y ayer en el juicio. Pese a que comenzó asegurando que no se acordaba de nada, en un visible estado de nerviosismo, fue invitada por la magistrada de la sala a tranquilizarse con la interrupción de la sesión unos minutos. La víctima, ya más sosegada, expuso los hechos ante la sala: cómo en dos ocasiones su convecino la invitó a entrar en su casa y la condujo a su habitación, la conminó a desnudarse y que se metiera en la cama, en donde tuvieron contactos íntimos con penetración.
Para la fiscal del caso, el acusado, con ánimo libidionoso y para satisfacer sus instintos sexuales, se aprovechó de la incapacidad de la víctima para consentir actos sexuales (tiene diagnosticado retraso mental moderado), 'prevaliéndose de ello para conseguir así que ella satisfaciera sus instintos sexuales más mendaces'. El caso se destapó cuando la hermana, con quien vivía la víctima y ante quien relató esta última los hechos, interpuso la denuncia el 25 de noviembre de 2010.
El letrado de la defensa, que no reconoce el delito, destacó que fue ella la que por propia voluntad fue a casa del acusado porque, recordando sus propias palabras, 'le dio por ahí'. 'En ningún momento o lugar alguno dijo que Eloy la hubiese llamado, obligado o condicionado para que entrase en su casa, se quitase la ropa, etcétera', aseguró el abogado. En caso de que la sala considere probado que hubo relaciones sexuales, adujo que el encausado es una persona 'sin especial formación y con una imposibilidad real de poder conocer si ella tenía libertad o no para practicar sexo'.
Tanto la fiscal como la acusación particular pidieron a la sala un condena de 18 años de prisión por dos delitos de abusos sexuales con penetración a una víctima especialmente vulnerable por su discapacidad.
