La provincia registró ayer la jornada más negra en sus montes. Las altas temperaturas, por encima de los 36 grados centígrados, facilitaron la proliferación de nuevos incendios y aceleró la combustión de los que estaban activos desde la jornada del pasado sábado. A las 22,40 horas de ayer permanecían activos nueve incendios, tras calcinar un total de 2.800 hectáreas.
Las llamas obligaron a activar el nivel 2 de alerta (el fuego ofrece riesgo de afectar bienes no forestales) en el pueblo de Carzoá (Cualedro), donde ardieron varios alpendres, según el alcalde, Luciano Rivero y más de 500 hectáreas. El municipio quedó sin suministro eléctrico.
Rebordechao (Vilar de Barrio). Incendio forestal en A Serra de San Mamede cerca de Rebordechao, Foto: Xesús Fariñas
Ardieron alpendres en Cualedro y una rectoral en Rairiz de Veiga, donde el fuego afectó a otras dos casas y maquinaria
Medio Rural también declaró la misma alerta en Guillamil (Rairiz de Veiga), donde el fuego calcinó la casa rectoral y afectó a dos viviendas. El conselleiro de Medio Rural, José González, se desplazó a este municipio para seguir las labores de extinción. Su presencia en Rairiz de Veiga coincidió con el inicio de otro fuego, que puso en apuros sobre las ocho de la tarde a los vecinos de la localidad de Quilmelas, donde el fuego cruzó una carretera y carbonizó un tractor cargado de rulos de hierba y maquinaria agrícola. Habían ardido a última hora 130 hectáreas.
Rebordechao (Vilar de Barrio). Incendio forestal en A Serra de San Mamede cerca de Rebordechao, Foto: Xesús Fariñas
La Guardia Civil de Tráfico se vio obligada sobre las cuatro de la tarde a cortar por segunda vez la circulación en la autovía A-52, en Mesón de Erosa (A Gudiña) al reavivarse un incendio cercano a la calzada. Este fuego, que llevaba calcinadas más de 150 hectáreas, ya obligó en la noche del sábado a cortaron la vía de alta capacidad y, además, desalojar a los vehículos, en su mayoría camiones en el parking de la estación de servicio de Erosa.
Incendio en Cualedro. // Alberte
En los limítrofes municipios de Laza y Vilariño de Conso, la llamas llevan calcinadas en la tarde de ayer más de 500 hectáreas y continuaban avanzando sin control, según Medio Rural.
Los fuegos movilizaron todos los recursos disponibles (medio centenar de aeronaves, 100 brigadas y otras tantas motobombas, además de palas y técnicos forestales), parte de ellos llegados desde otras provincias, según Medio Rural. Veintidós de los aparatos (aviones y helicópteros) trabajaban a las órdenes del Gobierno central, que los desplazó desde Salamanca, Madrid y Santiago. También fue desplegada la Unidad Militar de Emergencias (UME).
O Xurés
Las llamas afectaban en la tarde de ayer a masa arbolada en Riocaldo (Lobios), el epicentro del parque natural de O Xurés. Este incendio ya se inició en la noche del pasado sábado en una margen del paso fronterizo de Portela do Home, catalogada como de alto valor ecológico. El fuego permanecía activo en al noche de ayer tras afectar a más de 800 hectáreas de superficie, el más intenso de la provincia.
Los efectivos de extinción también trabajaban en el incendio que se originó en la mañana del pasado sábado en los alrededores del pueblo de Rebordechao (Vilar de Barrio). Las llamas calcinaron más de 450 hectáreas y, según el alcalde, Manuel Conde, se acercaron a las viviendas. El regidor convocó un pleno extraordinario a las 13,30 horas de ayer, en el que la corporación acordó instar a la Xunta para prevenir fuegos en la zona y pedir a la Fiscalía de Ourense y Subdelegación del Gobierno que investiguen el incendio. "Non vamos a permitir que cada dous anos arda a serra. Ímos perseguir o autor para que pague o dano que fixo. Isto non pode quedar como un lume máis", aseguró el alcalde.
El mismo argumento lo esgrimían en la tarde de ayer en Cualedro, un municipio castigado por las llamas. En esta ocasión,el fuego comenzó en San Martiño y en cuestión de minutos alcanzó la aldea de Carzoá. "O lume daba medo. Crin que ardía toda a aldea", puntualizaban un residente.
Mientras, en Lobios, el vecindario lamentaba los daños que está ocasionando el fuego en el espacio protegido. "Dá pena ver arder esa zona", aseguraba un vecino.
