La Fundación San Rosendo cumple 30 años “dando vida” en Ourense

Gestionan 73 centros asistenciales en toda la comunidad, con 3.846 plazas y 1.942 trabajadores

La Fundación San Rosendo, una entidad benéfica y privada que desarrolla funciones de asistencia social dirigidas especialmente a mayores y personas con discapacidad, celebró ayer sus 30 años de actividad “centrados en promover vidas activas y saludables, dar vida de calidad a los años y proporcionar una atención personalizada”. Desde la entidad aseguran que desarrollan su tarea de cuidado “día a día con la misma ilusión que hace tres décadas, celebrando la vida y dando vida a los años”.

La Fundación cuenta con un total de 73 centros a lo largo de la comunidad gallega, que ofrecen 3.846 plazas, de las que el 24,4% (939) son concertadas, y en ellos trabajan 1.942 profesionales. De estos centros, 60 son para personas mayores, con 3.306 plazas, y 11 son para personas con discapacidad, con un aforo conjunto de 490 plazas. También gestionan otros dos servicios, uno de inclusión y otro de tratamiento del alcoholismo. A finales de 2021, la ocupación de las instalaciones llegaba al 90%. Su actividad se centra sobre todo en la provincia de Ourense, donde cuenta con 40 centros residenciales y cuatro apartamentos tutelados.

A pesar de que su constitución formal data de 1992, la voluntad de cuidado es anterior a esa fecha, y se realizaba a través de Cáritas Diocesana de Ourense, a la que en 1972 llegó como director Benigno Moure, quien dio un nuevo impulso a la actividad de la organización. El primer proyecto bajo su tutela nació de la falta de guarderías para cuidar a los niños durante el horario laboral de sus padres, para lo que se instaló en el patio del Obispado una casa prefabricada de madera que sirvió de sustento para la guardería “A Casiña”.

El germen de las residencias

El segundo proyecto que se hizo realidad fue el “club de los sordomudos”, que comenzó a funcionar en abril de 1973. Meses más tarde, también en el patio del Obispado, inició su andadura la “escuela especial” para niños que pedían en las calles. Sin embargo, todavía no existía una conciencia marcada sobre la importancia del cuidado a los mayores, y esto cambió cuando un grupo de mujeres se acercó a Cáritas dispuestas a pagar una cuota para ser atendidas en un hogar de ancianos. Este fue el germen del posterior desarrollo de las residencias para personas mayores.

Veinte años después de la llegada de Moure, se tomó la decisión de crear una fundación, que asumiera la responsabilidad de llevar adelante la mayoría de las obras y actividades que venía realizando hasta la fecha Cáritas Diocesana. El propio Moure presidió la entidad en el momento de su nacimiento, junto al mismo personal que lo acompañó durante los últimos años. La Fundación estructuró el equipo en cuatro grupos de trabajo específicos: economía, relaciones públicas, obras y construcciones y promoción social. Cinco meses más tarde de la constitución de la Fundación, se gestionó la adquisición de un local al lado del Ayuntamiento y de la Plaza Mayor, para dedicarlo a comedor social. En él se colocó la primera cocina de inducción de Ourense, toda una novedad para la época. 

Esa fue la primera piedra de una institución que no hizo más que crecer con los años, en los que comenzaron a florecer los primeros centros de atención y cuidado, hasta conformar la estructura con la que hoy siguen velando por la salud de los que más lo necesitan.

Las celebraciones se posponen hasta que remitan los contagios

Pese a la importancia de la fecha, desde la Fundación San Rosendo consideran que la situación sanitaria no es la adecuada para realizar cualquier tipo de acto de celebración, y si bien su intención es realizar algún evento a lo largo del año, por el momento todo queda supeditado a la evolución del ritmo de contagios. En la jornada de ayer, la institución emitió un mensaje a través de sus redes sociales para conmemorar el aniversario, y la directiva espera que la pandemia de una tregua en los próximos meses para poder realizar algún festejo en marzo, mes del patrón San Rosendo. 

La prioridad ahora es el cuidado de las personas que se encuentran en los centros, como es habitual, sin perder de vista los objetivos para el año que acaba de comenzar. En Ourense está previsto que a lo largo de este 2022 se ponga en marcha una Unidad de Apoyo a las Personas Mayores, conformada por seis recursos asistenciales que, en un mismo entorno geográfico, prestan apoyo a las capacidades de las personas mayores en los diferentes momentos de esta etapa de la vida. Algunos recursos ya están operativos y otros en construcción, como los apartamentos tutelados de Alfredo Romero y la Avenida de Pontevedra.

 En Verín continúan los trámites administrativos para el inicio de las obras de un centro para personas mayores, en un terreno con más de 4.000 metros cuadrados, que dispondrá de 100 plazas y dará empleo a 50 profesionales.

La llegada de la vacuna contra el covid, un hito que marcó el pasado año

Una vez concluido 2021, la Fundación hace balance del año y destaca sobre todas las cosas la llegada de la vacuna contra el covid19, que cambió drásticamente la estrategia para combatir al virus. El análisis de los datos muestra que, desde marzo de 2021, con el 100 % de los centros vacunados, no se registraron fallecimientos de personas afectadas por la pandemia. Además, se observó un significativo descenso de los contagios en todos los centros. De abril a diciembre de 2021 se contagiaron 130 personas entre usuarios y trabajadores de los diversos centros, lo que representa un 2,2% sobre el total.

El patronato de la Fundación decidió también limitar los nuevos ingresos en su red de centros como estrategia para hacer frente a la pandemia. Desde marzo de 2020 a marzo de 2021, se controló el número de nuevos ingresos en los centros, salvo en casos concretos de plazas concertadas o por emergencia social. Esta medida se tomó con el objetivo de disponer de más plazas libres que se pudiesen ocupar en caso de un brote por covid y sin que tuviese ningún impacto en el empleo. Durante ese período de tiempo hubo un descenso de ocupación que desde el pasado marzo se ha ido recuperando poco a poco. A cierre de 2021, el nivel de ocupación de los centros era del 90%, mientras que las plazas para dependientes rondaban el 100%.

También el pasado año estuvo marcado por una clara apuesta por el rural, con la ampliación de la residencia Santiago Apóstol de Vilamarín, la recuperación de la actividad asistencial para personas con alguna discapacidad en el centro de Los Milagros en Baños de Molgas, y la consolidación del centro de Lobios, que entró en funcionamiento en enero de 2021 y cierra el año con una ocupación del 50% de las 80 plazas disponibles.

Te puede interesar