Funeral catedralicio en Ourense por Benedicto XVI

La catedral de San Martiño celebra las exequias por el papa emérito Benedicto XVI, fallecido el  pasado 31 de diciembre, con una imagen a tamaño real del difunto, y la presencia del obispo, medio centenar de sacerdotes y un generoso quorum para un lluvioso sábado a mediodía

Dice el Ritual de Exequias que se deben evitar las palabras de elogio para el difunto, pero ayer el difunto era un hombre que fue papa de Roma, Benedicto XVI. La catedral basílica de San Martiño de Ourense acogió este mediodía lluvioso del último sábado de Navidad la misa funeral por Benedicto XVI, el papa emérito fallecido el pasado 31 de diciembre en la Ciudad del Vaticano. El olor a incienso y la humedad de la piedra catedralicia sobrevolaban el altar, presidido por una imagen a tamaño real del que también fuera cardenal Ratzinger y un Niño Jesús recién nacido en su cuna adornada de rosas.

El hipnotizante canto del canónigo Luis Javier Senín y la envolvente música del órgano Elezegaray llenaron de calidez el solemne funeral, que congregó a un generoso quorum para una mañana de sábado. Muchos mayores, seminaristas, religiosas, algún adolescente, representantes de la Asociación de Amigos de la Catedral y de la Fundación San Rosendo, y extrañamente pocas autoridades. El delegado de la Xunta de Galicia, Gabriel Alén, que tuvo que marcharse debido al incendio mortal declarado en una vivienda de Covadonga; el teniente de alcalde, Armando Ojea; y el diputado popular, Celso Delgado. 

La suntuosidad de la ocasión la desveló la multitudinaria entrada en el templo, mientras sonaba el “Requiem Aeternam”, de medio centenar de sacerdotes seguidos por el obispo de Ourense, Leonardo Lemos; y el canónigo prefecto de ceremonias, Manuel Emilio Rodríguez.

 Tras la lectura de un fragmento de la Primera Carta de San Juan, el obispo dijo que la palabra y los escritos de Benedicto XVI cambiaron muchos esquemas mentales, recordó que antes de morir dijo:  “Jesús, te amo”, y destacó que los verdaderos cristianos celebraban la muerte como si fuera el día de nacimiento.  Tras cantar el Salmo 62, se procedió a la lectura de unos versos del capítulo primero del Evangelio de San Juan, que incide en la importancia de lograr la vida eterna y conocer al “Dios verdadero”.

"Bastante generosidad"

El obispo fue uno de los encargados de repartir la comunión entre los fieles, momento en el que se puso una mascarilla de protección, dado que más de medio centenar de personas se levantaron para comulgar. “Ha habido bastante generosidad en la afluencia de fieles para ser una mañana de sábado”, valoró Lemos, que agradeció la participación de todas las congregaciones religiosas de la ciudad en esta misa-funeral por quien estuvo al frente de la Iglesia entre 2005 y 2013.

 Solo el “Padrenuestro” rezado tras la comunión sonó en gallego, en una ceremonia muy participativa a nivel musical. “Que tu gozo sea perfecto al oír definivamente su voz”, pidió el obispo para el eterno descanso del sexto papa alemán, que renunció el 11 de febrero de 2013 debido a su vejez y falta de fuerzas para desempeñar el ministerio petrino.

“El papa nos ha obsequiado con luminosos pensamientos y vivía lo que decía”, señaló Leonardo Lemos, que, al final de la ceremonia, se acercó a los primeros bancos para saludar y dar las gracias a algunos de los asistentes.

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