'No nos fiamos. Ésta (por la actual) también iba a ser de última generación, la mejor tecnología y mira'. Joaquín Sa es uno más de la veintena de vecinos de Reza que desde hace años sufre la depuradora de aguas residuales de la ciudad. Ahora ve con incredulidad cómo, 'aunque tenemos sentencias a nuestro favor que ordenan demoler la actual por ilegal, ellos (los políticos) con toda la cara van y nos la ponen en el mismo sitio'.
La nueva depuradora, que según Acuanorte tendrá que estar funcionando a finales de 2015, fue presentada la pasada semana como una infraestructura de última tecnología. Estará ubicada contigua a la actual, que se caracteriza por su falta de capacidad de tratamiento, por ser inundable y tener diseños obsoletos. También por los problemas de olores que han afectado a los vecinos de Reza, sobre todo en los primeros años de funcionamiento, porque después se acometieron algunas reformas que redujeron estas molestias, sin eliminarlas-.
La ubicación elegida para la nueva estación depuradora ya ha sido recurrida en el Juzgado por los vecinos que, paralelamente, esperan una resolución acerca de la ejecución de la sentencia que ordenaba demoler las actuales instalaciones, algo que se ha venido aplazando con el argumento de que se vertería directamente al Miño. De cumplirse las previsiones del proyecto, la actual instalación se derribará cuando comience a funcionar la nueva.
Sobre el espacio de la actual se construirá una zona verde aunque los vecinos desconocen el proyecto. 'Lo han hecho sin contar con ellos para nada', dice Francisco Aranda, abogado de los afectados. Para él, 'todos los grupos políticos fueron muy sensibles a este problema en la oposición, pero cuando gobiernan se olvidan del tema'.
La ubicación elegida para la nueva estación depuradora ya ha sido recurrida en el Juzgado por los vecinos que, paralelamente, esperan una resolución acerca de la ejecución de la sentencia que ordenaba demoler las actuales instalaciones, algo que se ha venido aplazando con el argumento de que se vertería directamente al Miño. De cumplirse las previsiones del proyecto, la actual instalación se derribará cuando comience a funcionar la nueva.
Sobre el espacio de la actual se construirá una zona verde aunque los vecinos desconocen el proyecto. 'Lo han hecho sin contar con ellos para nada', dice Francisco Aranda, abogado de los afectados. Para él, 'todos los grupos políticos fueron muy sensibles a este problema en la oposición, pero cuando gobiernan se olvidan del tema'.
