La ganadería sigue luchando por sobrevivir en una provincia otrora boyante en esta actividad económica y que ahora lucha contra la ausencia de relevo generacional –que la Xunta intenta incentivar mediante ayudas y que, en algunos casos, empieza a darse con éxito–, el problema del minifundismo de la tierra y la gran cantidad de parcelas abandonadas, los trámites o las amenazas externas como el lobo, a los que los ganaderos dicen sentirse sometidos.
El ganado avícola sigue siendo el que lidera las explotaciones en la provincia, con casi 6.000 explotaciones, ovino y caprino representan 3.370, mientras que las de ganado porcino (3.009) y bovino (2.304) siguen a continuación. La caída es drástica si se echa la vista atrás. Hace dos décadas, el censo agrario de 1999 marcaba casi el triple de explotaciones con vacas (6.909), también eran casi el doble las de ovejas y cabras (5.703), mientras que las de porcino (19.169) y aves (26.904) eran casi hasta cinco veces más. Está claro que el sector primario ha decaído con fuerza. De hecho, a finales de 2019 tan solo había 4.172 afiliados a la Seguridad Social en las actividades del sector primario, apenas el 4% del total de cotizantes.
Instrumentos para impulsar
Las administraciones siguen intentando volcarse para incorporar a jóvenes al agro y evitar al desertización del rural, habida cuenta de que la actividad ganadera es una de las principales generadoras de limpieza en los montes para la utilización como pastos.Esta misma semana, la Consellería de Medio Rural convocaba 41 millones de euros para ayudar a incorporaron nuevos ganaderos y efectuar planes de mejora y desarrollo en pequeñas explotaciones. Estas aportaciones están cofinanciadas con el Fondo Europeo Agrícola de Desenvolvemento Rural.
"Unha familia podería vivir disto sen ter que pasar penurias, aínda que nós témolo como actividade complementaria", confiesa Carlos García Gómez, uno de los socios de O Telleiro S.C., explotación de Sandiás que trabaja con la recuperación de la vaca cachena, autóctona, y asociados a Boaga (Federación de Razas Autóctonas de Galicia)En los últimos cuatro años, 323 jóvenes ourensanos recibieron ayuda para incorporarse al agro, con una inversión total de 12 millones. "Está claro que co que dan non chega, pero eu non tería dado este paso sen esa axuda, é importante", subraya Emilio Ojea, titular de una granja en Rabal (Trasmiras).
Hay futuro
Todos coinciden en que, con penas, esto da para vivir. El limiano Lisarlo López Blanco trabaja con vacuno y oveja gallega –la mitad de esta raza se cría en Ourense–. Es presidente de Asovega (Asociación de Criadores da Raza Ovella Galega) y también está en Boaga."O ovino igual baixou igual o 50%, porque na penúltima PAC penalizaron moito o tema das ovellas, e tamén envelleceu a xente". Esta modalidad es mucho más esclava que el bovino "que en extensivo están todo o ano fóra e non esixen tanto traballo. Podes ter outra actividade e ter o gando igual". Coincide con él Carlos García, que presume de que "as vacas son case autosuficientes se teñen pasto". Confirma lo complicado de tener una explotación ovina Nieves Fernández Vidueira, de Viana: "Eu boto o día e ata a noite coas ovellas, pero se che gusta é moi agradecido".
Muchas presiones
Hay oportunidad en el campo, pero también hay muchas presiones. "Ás veces os gandeiros parecemos os malos da película, pero somos os que estamos facendo a comida o máis natural posible e damos vida ao rural", dice Lópe, que lamenta el impedimento de matar en casa, algo que "permiten outros países".En eso coinciden los ganaderos consultados, que destacan también como "gran problema" el abandono de la tierra: "Está todo abandonado, se o propietario non a usa que a meta no Banco de Terras", reflexiona López. Coincide con el joven Sergio González, de Montederramo, que también apunta al tiempo cambiante, al lobo y "ás terras, que son moi pequenas. Eran conveniente unificalas".
Para combatir el minifundismo, Medio Rural prepara la figura de "polígonos agroforestales" en la futura Lei de recuperación e posta en valor da terra agraria, que se perfila clave.
VIANA DO BOLO
Nieves Fernández Vidueira, pastora en Viana.
“Son pastora porque me gusta, volvería selo se nacese de novo"
Nieves Fernández Vidueira es pastora en Quintela do Pando,(Viana) Tiene 374 ovejas de raza autóctona "galega", que, asegura, "é a mellor do mundo". "Boto todo o día coas ovellas, só paro para facer a comida, e volvo ata a noite..." Pero es feliz. ¿Si da para vivir? "Claro, se non non estariamos aquí. Comercializamos cordeiros, porque pola lá danche 25 céntimos por capa, unha miseria. Son pastora non por obrigación, senón porque me gusta. Escollino eu, se volvera nacer, faríao outra vez. Hai que reivindicar este oficio, mantemos o rural e previmos os incendios". Le encanta la "conexión coa natureza", pasar el día en el monte, "ver crecer a herba en primavera..."Empezó con las 18 ovejas de su abuela a inicios de los 80 hasta hoy. No pierde el tiempo, talla figuras de madera y escribe poemas: "Hai que aproveitar o día".
TRASMIRAS
“Ir á cidade érame matador, eu o que quería era quedar aquí"
Emilio Ojea es un joven de 31 años de Rabal (Trasmiras) que tras estar trabajando en puestos temporales como en los incendios optó por crear en junio una explotación porcina, con la ayuda de la Xunta. Lleva medio año y está encantado. "A min ir á cidade érame matador, eu quería quedar aquí, e esta era unha gran oportunidade".
Aprovechó que la ley rebajó a 500 metros la distancia de una explotación al pueblo para montar su granja de cerdos en un terreno que tenía. "Tiña amigos que se dedican a isto e animáronme. Eu quería ter futuro aquí, quería seguir tendo futuro aquí e non ter que ir fóra. Sempre vivín en contacto con este mundo", relata Ojea. Si no llega a ser por la ayuda de la Xunta "era inviable facer isto", porque la inversión inicial fue importante. Está "contento" y destaca el apoyo de Coren, "xa que che facilitan todo e non o cobran no momento, así é máis fácil".