Un total de 16 de los 21 pacientes que ayer permanecían ingresados en el Hospital Público Valdeorras, después de dar positivo en los test de COVID-19, llegaron desde la residencia privada e integrada para la tercera edad Nuestra Señora de Fátima, de O Barco de Valdeorras. El Sergas también avanzó que desde el inicio de la crisis sanitaria fueron 173 las personas con patología compatible con el coronavirus que acudieron a Urgencias. La mayoría, un total de 106, fueron ingresadas, contando positivos y negativos.
Las citadas 16 personas que permenacen ingresadas no son las únicas que faltan del geriátrico de O Barco. En la tarde de ayer, el personal de Ambulancias Sil trasladó a ocho de sus internos a la Unidad de Hospitalización Medicalizada de Piñor. No son los primeros. El domingo fueron diez los que partieron con ese mismo destino. Un día antes, otros seis los llevados a la residencia Os Miragres, de Baños de Molgas,adonde ya habían ingresado otros dos. Así, a última hora de ayer, eran 26 los residentes que habían sido trasladados.
Criterios de traslado
Los criterios seguidos a la hora de determinar el traslado de los residentes son, en todo momento, clínicos. Según las directrices sanitarias, hacia Os Miragres viajan aquellos que disfrutan de cierta autonomía, en tanto que en Piñor ingresan quienes presentan un cierto grado de dependencia, según informó el Sergas.
La intervención de la residencia por la Xunta, aprobada el sábado, permite el desembarco de 5 enfermeras del Sergas (Servizo Galego de Saúde) y 18 trabajadores de la Consellería de Política Social, repartidos en 15 auxiliares de Enfermería y 3 personas para la limpieza. Además, la Administración autonómica designará una persona para coordinar los trabajos.
Fuentes del Sergas afirmaron que desde que llegó la pandemia, la residencia fue visitada por sanitarios del Hospital de O Barco, de medicina Preventiva y de Atención Primaria. Dos médicos, uno del centro hospitalario barquense y otro de Hospitalización a Domicilio, HADO, acudieron periódicamente al centro, por lo que fuentes sanitarias plantearon la posibibilidad de que sus indicaciones no hubiesen sido seguidas.
Reforzada la desinfección, en paralelo al debate político
Un equipo de los bomberos del parque de A Rúa, dependiente del Consorcio Provincial Contra Incendios, se sumó a las labores de desinfección del entorno de la residencia barquense. Fue enviado por la Deputación Provincial un día después de que los militares de la UME (Unidad Militar de Emergencias) desinfectasen, por segunda vez, el citado establecimiento.
Horas más tarde, el alcalde socialista, Alfredo García Rodríguez, informaba a los portavoces de la oposición de la evolución de la pandemia en el Concello y de la ampliación del plazo para pagar el Impuesto de Vehículos y el aplazamiento de varias tasas.
Tras la reunión, el edil de Riada Cidadá, Félix García, criticó que el geriátrico "nació mal y su funcionamiento siempre fue con polémica". Censuró el proceso de la venta de los terrenos de titularidad municipal y de la falta de formación de la plantilla, que atribuye a la gestión.
