Grietas, humedades y puertas que no cierran en Celso Emilio tras las tormentas

Celso Emilio Ferreiro levantada y en obras, ayer.
photo_camera Celso Emilio Ferreiro levantada y en obras, ayer.
El BNG solicita agilizar las obras en la calle Celso Emilio Ferreiro y que los técnicos revisen la estructura de todas las viviendas tras las tormentas producidas en los últimos días

Vecinos y comerciantes de Celso Emilio Ferreiro sufren grietas en sus negocios, daños en sus viviendas e incluso el cierre total a raíz del colapso provocado por las tormentas el 28 y el 29 de mayo en esta céntrica calle, con el hundimiento de buena parte de la calzada, las aceras y las anegaciones de bajos y garajes. Los vecinos llevaban 13 años reclamando una mejora de la red de saneamiento de la zona, que acabó por ceder. Ahora, el Concello contrató de urgencia a Extraco para realizar la obra, que debería haberse finalizado la pasada semana, pero que continúa con las reparaciones, y un corte total al tráfico rodado.

El BNG,  a través del registro, demandó al Concello, a través de su portavoz Luis Seara, el plan de obras y la “máxima celeridade” para ejecutar las mismas y así minimizar los “prexuízos económicos” que está teniendo para los negocios. Además, los nacionalistas pidieron a los técnicos municipales que realicen una revisión estructural de los edificios del tramo afectado “para descartar posibles deficiencias”, ya que el colapso de la red de saneamiento dejó daños en las viviendas, con fuertes chorros de agua que salían a través de los inodoros en muchos casos. Aseguran que se han producido grietas en las paredes y descuadres en las puertas en varios pisos,  “o que fai temer que a forza da auga puidera ter tido afectación nas cimentacións dalgún pisos”, advierte Seara.

Grietas en una tienda de informática de la calle. 
Grietas en una tienda de informática de la calle. 

Según residentes de la zona, cada año, a poco que lloviese de forma considerable, saltaban las tapas de las alcantarillas. Esto generaba que se formasen grandes chorros de agua en varias zonas de la calzada. Como solución, se decidió anclar al suelo dichas tapas, provocando que este año, al no poder salir el agua, reventasen las tuberías interiores y levantasen con ella todo el asfalto. Esto causó que la calle, además de insegura, se volviese intransitable para el tráfico rodado. También dificultó el paso de peatones en las aceras.

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