Roberto González

“Han aumentado las ventas de pan en el reparto por los pueblos de Ourense"

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photo_camera Roberto González, presidente de Fegapan.
El gremio de los panaderos vive una situación de incertidumbre ante el cierre de restaurantes y bares en la provincia 

La figura del panadero es vital en el rural ourensano más disperso y se acentúa su necesidad en pleno confinamiento. Los panaderos hacen de psicólogos e incluso de informantes para aquellas personas que viven en soledad y a las que sigue llegando el pan a diario. El gremio pasa por una situación complicada. A pesar de ser parte de los servicios que continúan durante el confinamiento, el cierre de restaurantes y bares en la provincia sitúa al sector en la incertidumbre.

Roberto González, presidente de la Asociación Provincial de Fabricantes y Expendedores de Pan de Ourense, que engloba a más de 180 establecimientos, es también presidente de la Federación Gallega de Panaderías (Fegapan).  González, que tiene una panadería en Seixalbo, recoge el sentir de estos profesionales en pleno estado de alarma. “Los pueblecitos alrededor de la ciudad hay que seguir abasteciéndolos, con lo que ello conlleva de riesgo. Pero estamos para dar servicio y  llegar a esa gente”, adelanta.

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¿Cómo se las arreglan estos días los panaderos ourensanos?

Lo único que echo en falta es que no nos han mandado alguna mascarilla que podamos darle a los panaderos para que puedan hacer su trabajo dignamente. Cada uno se ha arreglado como pudo. Me llamaron varios panaderos preguntando si la asociación tenía mascarillas, pero no es así.

¿Qué medidas de seguridad toman?

Están consiguiendo mascarillas y guantes como pueden. En los despachos estás preparado para todo eso, pero en un coche cuando vas en reparto casa por casa es más complicado.

Pudieron abrir en Semana Santa. ¿Cómo fueron las ventas en la provincia?

Hay panaderías que resistieron más este golpe. Otras servían a determinados centros por estas fechas, que están cerrados. Otros han aumentado la venta de pan en sus despachos y en el recorrido que hacen. Yo soy de Seixalbo y la gente se ha volcado al 100% a coger el pan en la panadería. En el reparto, a todos les ha aumentado la venta en los pueblos. 

¿El aumento de las ventas a particulares compensará las pérdidas derivadas del cierre de la hostelería?

No. Todos teníamos restaurantes muy buenos que consumían bastante pan. La panadería se resiente pero se sigue vendiendo.

¿Cómo afecta en concreto a Ourense el cierre de restaurantes y bares?

Ourense consume muchísimo pan en la hosteleria, se ha resentido.

¿Se teme por algún cierre de panaderías en Ourense?

No lo sé en este momento.

¿Qué reclama el sector en este momento?

Esta crisis vino a enseñar cosas que sabíamos y que quizás no hacíamos: nos vino a enseñar un poco de limpieza, respeto por los alimentos. Para el sector es importante esa seguridad, pero todavía no sabemos qué nos puede traer la crisis. Ha sido una desgracia muy grande para todos.

¿Cree que puede consolidarse este hábito del confinamiento de ir a comprar más el pan a una panadería?

Yo solo sé que hay que apoyar al comercio pequeño, ahora nos damos perfectamente cuenta. Por eso temo que desaparezca. Si no echamos una mano ahora, tendremos que cerrar las puertas.

¿Supongo que estos días también hacen de psicólogos...

Sí. Y en el caso de los repartidores, la situación es más complicada. Lo único que quieren es irse para su casa y ponerse a cubierto de lo que pueda pasar.

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