La Hidrográfica descarta un verano en Ourense con “sequía extrema”

“Gracias a las precipitaciones irregulares y tormentosas de junio no habrá sequía extrema este verano”. Carlos Ruiz, el jefe de la Oficina de Planificación Hidrológica Miño-Sil, aseguró durante la presentación del Plan Especial de Sequía 2023 que la situación hídrica de este verano será mucho más llevadera que la del año anterior: actualmente los embalses están al 70%, cuando en junio del año pasado rondaban la mitad de su capacidad.

El plan es un estudio de la serie histórica de datos recogidos en la demarcación, que abastece a núcleos de Ourense, Lugo y el Bierzo, además del área de Ponteareas. En él se han incluido los números del 2021-22, “o ano máis seco dende hai 80”, según explicó el presidente de la Confederación Hidrográfica Miño-Sil (CHMS), José Antonio Quiroga, que citó episodios como “a seca do cauce do Maquiáns”. La actualización de la serie permitirá hacer predicciones para anticipar los períodos extremos, “cada vez máis frecuentes”. Aunque el presidente contrastó que no solo ocurre con los intervalos secos: “O ano 2022-23 está sendo dos máis húmidos”, advirtiendo del aumento de las temperaturas como consecuencia del cambio climático.

Medidas

En palabras de Quiroga la finalidad del estudio es “minimizar o impacto da seca no territorio, na economía e na sociedade”, estableciendo parámetros que permitan una mejor gestión del agua: “Temos que implementar as leccións da seca do ano pasado, que en 50 concellos ocasionou serios problemas”. El presidente denunció además “a falta de medidas locais en canto ó suministro e o abastecemento”, solo obligatorias en núcleos de más de 20.000 personas. Por ello, pidió a todos los municipios que se volcaran, creando un plan de medidas concretas. Por otro lado, estableció como próximo objetivo “el estudio de las aguas subterráneas”, para ayudar a paliar las consecuencias de estos eventos, que ya son seis en los últimos 20 años.

Umbrales

El documento recoge las características naturales y de abastecimiento de cada una de las unidades territoriales (demarcaciones). La cuenca Miño-Sil se compone de seis: Miño Alto, Miño bajo, Sil superior, Sil inferior, Cabe y Limia. Además la Confederación ha acordado considerar las variables de sequía prolongada y escasez coyuntural para el análisis completo.

La diferencia está en que la sequía prolongada recoge exclusivamente la disminución de las precipitaciones y aportaciones al régimen natural del recurso hídrico (ríos, embalses, acuíferos); mientras, la escasez coyuntural introduce la problemática del abastecimiento de las necesidades de la zona y abarca los escenarios de prealerta, alerta y emergencia. Para decretarlas, el instituto se vale de un parámetro del 0-1 que analiza las variables.

Alertas

Ruiz mostró cómo el sistema de entrada y salida de las alertas “no se desencadena automáticamente, deben obedecer unos plazos”. Para salir del escenario de normalidad, (ponderado hasta el 0,5) y entrar en prealerta, la demarcación debe disminuir su volumen durante cinco meses hasta llegar al índice del 0,3. La alerta se establecería cuando esta situación continuase durante otros tres meses y si el parámetro no alcanza el 0,15 en otros dos meses, se estaría ante una situación de emergencia.

En este sentido, el jefe de la oficina de planificación aseguró que este “es un buen año hidrográfico”, por ser más húmedo de lo normal no se espera llegar a situaciones tan extremas. Con todo, Ruiz mostró una estimación basada en la serie histórica que estipula un descenso del 8,5% en los recursos hídricos de cara a 2039, llegando a bajar un 19% de cara al final de siglo.

La salud de los acuíferos

Desde la Confederación Hidrográfica establecen los acuíferos subterráneos como el siguiente objetivo “a estudiar y cuantificar”, así lo planteó el presidente, José Antonio Quiroga, en la presentación del Plan. Más tarde, Carlos Ruiz, encargado de la elaboración del Plan explicó que, a pesar de que los niveles están dentro de la normalidad, encuentran “una ligera tendencia a la baja” en los estudios. Además, Ruiz aseguró que a los 27 medidores de los que disponen se incorporarán otros 52 para finales de año y 100 más para el siguiente ejercicio. Este tipo de cuerpos hídricos son de los que se nutren los acuíferos de superficie (ríos, embalses, lagos, manantiales y humedales) y significan el 50% de las reservas de agua potable a nivel mundial. Son indispensables tanto para el riego de superficies agrarias, como para el uso en ganadería e industria, sectores muy presentes en la provincia que vieron sus beneficios perjudicados tras el episodio extremo del año pasado.