El impulso emprendedor se enfría, pero no del todo

El emprendimiento se ha enfriado y la creación de nuevas sociedades mercantiles ha hibernado durante mayo. El duro entorno económico vivido por la pandemia pudo haber sido una de las causas por las cuales solo cinco nuevos negocios echasen a andar. Sin embargo, el mismo entorno hostil se produjo en el resto Galicia, pero no impidió la puesta en marcha de nuevas empresas. Las nuevas sociedades son de venta y reparación de vehículos de motor y motocicletas, comercio e intermediarios de comercio, transporte terrestre, actividades sanitarias y servicios de atención personal. En mayo comenzaron 109 empresas en Galicia, de las que 54 tienen su razón social en A Coruña. En Pontevedra se crearon 32 y en Lugo, 18. Por lo tanto, en Ourense la creación de empresas supuso el 4,59% de todas las gallegas. La provincia se acantona como farolillo rojo desde que comenzó el año ya que la suma da 537 nuevas mercantiles en A Coruña, 463 en Pontevedra, 142 en Lugo y 121 en Ourense. La mayor parte de las nuevas actividades se vincula a jóvenes emprendedores. Sin embargo, ese punto de apoyo flojea. Lois Babarro, presidente de la Asociación de Jóvenes Empresarios de Ourense (AJE), sostiene que "la incertidumbre sobre el futuro económico y la falta de políticas que apuesten decididamente por el emprendimiento como salida de esta crisis pueden lastrar los datos de creación de empresas durante bastantes meses". Para contrarrestar este efecto propone "el fomento de la cultura empresarial en la escuela" que debería ser "un compromiso de instituciones, familias y sistema educativo ya que el éxito es fruto del sacrificio, la perseverancia, la valentía", que son "elementos cruciales para forjar nuevas empresas de éxito en Ourense, capaces de aprovechar los recursos y el talento de nuestra tierra". En cuanto a la apuesta territorial en el inicio de nuevas actividades, la ciudad es el epicentro del emprendimiento, ya que de las 121 empresas creadas desde que empezó este año, 48 tienen su sede social en la capital. La crisis del emprendimiento ourensano se percibe ya en los últimos años. En el 2012, uno de los más duros de la crisis del 2008, supuso la creación de 409 nuevas empresas. Con la recesión ya en fase decreciente y con la recuperación económica se anotaron 460 en el año 2016, para caer después: 435 en el año 2017, 393 en el 2018 y 366 en el 2019. El cambio puede deberse a que la obtención de un trabajo por cuenta ajena pudo enfriar las ganas de abrir un negocio. Y es que las estructuras empresariales que se crean se suelen hacer como apuesta por el autoempleo. De hecho, entre enero y mayo no se creó una sola sociedad anónima y el capital constituido para su puesta en marcha ha sido escaso: para las 121 empresas se desembolsaron 4,6 millones de euros; es decir, a una media de 38.000 euros por empresa.