La inacción y el "método DO" en la Plaza de Abastos de Ourense

PARÓN EN LOS PROYECTOS DE REFORMA

La obra llegó tarde y mal, se ejecutó con retraso y al margen de los placeros, y se ha recepcionado de forma poco transparente y con múltiples carencias tras perder una millonaria subvención. Es la crónica de un desgobierno

Publicado: 26 ene 2025 - 06:15 Actualizado: 26 ene 2025 - 16:49

Vista exterior de la Plaza de Abastos.
Vista exterior de la Plaza de Abastos.

La primera vez que la ciudad escuchó que se fraguaba un proyecto de reforma de la Plaza de Abastos nº1 fue bajo la alcaldía del socialista Francisco Rodríguez. En la época de Jesús Vázquez se licitaron las obras, que se adjudicaron en noviembre de 2019, con el actual alcalde, Gonzalo Pérez Jácome, recién llegado. A partir de ahí llegó la parálisis total, fruto de la inacción continuada.

El actual regidor fue el encargado de perder la millonaria subvención estatal, que había conseguido el gobierno de Paco Rodríguez, de 3,5 millones de euros, precisamente por el retraso en la ejecución de las obras. Aunque el actual regidor intentó culpar a sus predecesores, lo cierto es que en julio de 2022, el gobierno de Jácome recibía la confirmación de que se perdían los 3,5 millones de ayuda estatal para por unas obras cuya ejecución estuvo en exclusiva bajo su responsabilidad. Por si fuera poco, el Concello ha tenido que devolver 1.190.919 euros (más 244.000 euros de ellos en intereses) al Estado, por la parte de la ayuda que ya se había cobrado.

El gobierno de Jácome alegó que la pandemia y los “okupas” produjeron las demoras, pero no consiguió que el Estado revirtiese su situación. Al final, la gestión Jácome al frente de la obra de la Plaza de Abastos le costó casi 4 millones de más a los ourensanos y tener durante muchos años la Alameda ocupada por el mercado provisional que, en principio, iba a estar tres años, y va camino de una década.

Múltiples cambios

Para más inri, la reforma se ha acabado ejecutando, pero es incompleta. La inacción de Jácome en sus ya más de cinco años de mandato ha provocado que la obra se haya recepcionado con múltiples carencias, ya que durante los años -y las múltiples prórrogas de las obras- fue incapaz de sacar adelante un plan funcional para ir diseñando el interior de la misma, los puestos y los servicios. Tuvo que ser la Xunta, a través del conselleiro ourensano José González, la que rescatase la redacción del plan de las obras pendientes y de traslado de los placeros. Sin ello, hoy la Plaza número 1 no tendría un horizonte definido.

En todo caso, el proyecto nunca será el mismo. Muy atrás queda la idea original, articulada por el gobierno de Francisco Rodríguez en consenso con los placeros, cuando se preveía (era 2009) que el mercado se convirtiera en un centro de ocio, que estuviera conectado al parquin subterráneo y que las obras llevaran aparejadas una reforma integral del depauperado rianxo.

Finalmente, nada de eso se ha ejecutado. Desde su llegada, Jácome fue reacio a asumir mejoras en el proyecto, que aunque ya venía viciado del mandato anterior, donde se modificó el proyecto original, pudo ser corregido en múltiples ocasiones. Sin embargo, el todavía regidor ourensano siempre fue crítico con los placeros y llegó a señalar que si de él dependiese nunca se habría reformado el edificio, condenándolo así a un abandono absoluto como en el que está instalada la vieja cárcel, también en la rúa do Progreso, y que Jácome tampoco ha conseguido sacar del abismo durante los ya cinco años y medio al frente de la ciudad.

Lo único por lo que se interesó desde 2019 fue por intentar dejar su marca a la reforma de este mercado, anunciando en 2021 que convertiría el lavadero de agua caliente que había en los bajos posteriores del edificio en una nueva piscina termal, proyecto del que no se volvió a saber. Sin embargo, escuece pensar en su viabilidad cuando el actual regidor tiene el dudoso mérito de no haber sido capaz de mantener abierta la piscina termal de As Burgas, que lleva desde marzo de 2020 cerrada y que no abrirá al menos hasta 2026, tras haber acabado su reforma de forma catastrófica, con fugas y sin solución a la vista.

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