El titular del juzgado de Instrucción 1 envió a prisión en la tarde de ayer a Alfredo M.J., de 34 años, mientras que su compañera María Inmaculada M.C., de 42, quedó en libertad con cargos. Ambos fueron detenidos por la Guardia Civil en el marco de la operación Junghans, en relación a su supuesta participación en 35 robos con fuerza cometidos en municipios limítrofes con la ciudad.
Los detenidos, vecinos de la ciudad, fueron arrestados en la madrugada del martes. Desde el mes de junio, la Guardia Civil tenía conocimiento de una oleada de sustracciones en viviendas habitadas en localidades próximas a Ourense, sobre todo, en Barbadás, San Cibrao, Pereiro de Aguiar y Coles.
ACTUABAN DURANTE EL DÍA
En la mayoría de los casos, los autores utilizaban el mismo 'modus operandi': la vigilancias de viviendas para señalar el objetivo, principalmente zonas aisladas, para posteriormente, aprovechando la ausencia de los moradores, y el posterior forzamiento de una puerta o ventana, acceder al interior, siempre en horario diurno. Una vez dentro, se apoderaban de joyas, dinero o material electrónico de pequeño tamaño, fácil de transportar, y que vendían en el barrio de Covadonga o en establecimientos de compra y venta de oro, tras lijarles las inscripciones en las que figuraban fechas o nombres.
Durante la operación Junghans para erradicar los robos con fuerza, un delito que aumentó considerablemente en el rural durante este año, se pudieron recuperar alguna de las alhajas, según aseguró la Guardia Civil.
ACTUABAN DURANTE EL DÍA
En la mayoría de los casos, los autores utilizaban el mismo 'modus operandi': la vigilancias de viviendas para señalar el objetivo, principalmente zonas aisladas, para posteriormente, aprovechando la ausencia de los moradores, y el posterior forzamiento de una puerta o ventana, acceder al interior, siempre en horario diurno. Una vez dentro, se apoderaban de joyas, dinero o material electrónico de pequeño tamaño, fácil de transportar, y que vendían en el barrio de Covadonga o en establecimientos de compra y venta de oro, tras lijarles las inscripciones en las que figuraban fechas o nombres.
Durante la operación Junghans para erradicar los robos con fuerza, un delito que aumentó considerablemente en el rural durante este año, se pudieron recuperar alguna de las alhajas, según aseguró la Guardia Civil.
