A cierre del mes de marzo, de las 6.114 solicitudes realizadas solo se habían concedido 1.370, un 22% del total
Mientras Ourense, siguiendo el contexto general, viven una complicada situación económica y social, agravada en la ciudad por un gobierno en precario, las ayudas estatales no contribuyen a paliar el desamparo de los más desfavorecidos. El Ingreso Mínimo Vital (IMV) sigue atascado. “É certo que se lle está denegando a moita xente e noutros casos tarda moito en tramitarse”, relata el presidente de Cruz Roja, Felipe Ferreiro.
Los datos a los que ha tenido acceso este periódico, actualizados a cierre del mes de marzo, muestran que solo 1 de cada 5 solicitantes ourensanos del IMV han conseguido que les concediesen la ayuda. Casi un año después de su aprobación -el Consejo de Ministros dio luz verde al mismo el 25 de mayo de 2020- son 6.114 los ourensanos que solicitaron este ingreso mínimo para las personas más vulnerables, pero solo 1.370 peticiones fueron resueltas favorablemente. Otras 2.730 fueron denegadas y el resto continúa a la espera de su resolución.
El avance en la tramitación de estas ayudas es excesivamente lento, como lamentan las entidades sociales. Y es que en tres meses apenas se ha avanzado. A finales de diciembre, la solicitudes aprobadas eran 1.179 de 5.627 tramitadas .
El Consejo de Ministros dio luz verde en febrero de este año a que se añadieran como potenciales beneficiarios de este IMV también a los sintecho, aunque todavía no han podido empezar a percibirlo, habida cuenta de la ardua tramitación y, en el caso de la ciudad, la excesiva lentitud en los servicios sociales, que dilatan las citas con los más necesitados.
La situación de parálisis de Ourense a la hora de conceder el IMV contrasta con lo que sucede la provincia de Lugo, con una tramitación más ágil. Allí se han concedido más (1.561) pese a haberse solicitado menos (5.593), lo que supone que casi el 30% han sido resueltas favorablemente, frente al 22% del caso ourensano.
En A Coruña, se han resuelto favorablemente 5.527, el 23% del total de solicitudes, mientras que en Pontevedra se aprobaron 3.398, solo el 18% del total, quedando en el peor lugar de las cuatro provincias gallegas.
LENTA PROGRESIÓN
La progresión de la concesión de ingreso mínimo sigue siendo lentísima. A inicios de noviembre del pasado año se habían aprobado 1.026 solicitudes para recibir el Ingreso Mínimo Vital, y cinco meses después el avance ha sido más bien escaso. Se ha alcanzado un total de 1.370, apenas 350 más que los que se habían autorizado entonces.
