Jácome culpa ahora al PP: “No están haciendo las cosas bien”

El alcalde activa la carrera electoral y señala a sus socios: “Si estuviéramos tres sería todo similiar”

El alcalde de Ourense, Gonzalo Pérez Jácome, arremetió ayer contra su socio de gobierno, el PP, asegurando que “no están haciendo las cosas bien en muchísimos aspectos”, al tiempo que aplaudió su propia gestión, presumiendo de que “Ourense está en marcha”. No es precisamente la autocrítica la especialidad del regidor ourensano, quien tras dos años y medio culpando a técnicos, funcionarios varios o a la oposición de las presuntas  “trabas” a su gestión, ahora la ha tomado con su propio socio de gobierno como cabeza de turco, una vez que ha concluido 2021 sin sacar adelante la mayoría de sus propuestas y encara 2022 sin presupuestos ni Plan de Urbanismo, claves para el desarrollo de la urbe.

Jácome convocó una rueda de prensa para sacar pecho de su trabajo en la Alcaldía, para anunciar sus proyectos para 2022 -ya anunciados en 2021-, e incluso para dar lecciones a los periodistas sobre cómo hacer preguntas. al tiempo que criticó la gestión de la práctica totalidad de áreas que dirige el PP. Así, a la edil popular de Facenda, Ana Morenza, la criticó por su táctica de “empezar la casa por el tejado” a la hora de elaborar los presupuestos de 2022, afeando su proceder “por negociar solo con los técnicos y no con la oposición, de forma unilateral, cuando no tenemos mayoría absoluta”. También criticó la gestión del Partido Popular con las termas, área que dirige Flora Moure, subrayando que no se abren “porque le tienen miedo a técnicos restrictivos” y asegurando que “la responsabilidad es toda del PP, a los que les di mayor libertad, pero no voy a esperar mucho más”.

"Negligencias"

El regidor arremetió también contra la gestión de Urbanismo, área que dirige la popular Sonia Ogando, manifestando que se plantea prescindir del equipo redactor del Plan de Urbanismo (PXOM). “Es una negligencia grande, les di orden de limar pelotazos en junio, después lo recordé en octubre y no hay nada hecho”, manifestó Jácome, que dijo que “no sé a qué juegan” -en referencia al equipo redactor- tras sugerir que quizás los manejan partidos “como el PSOE o el PP”. Tampoco dudó Jácome en asegurar que lo que se está haciendo en Medio Ambiente, competencia del popular Jorge Pumar, como la mejora integral de parques, “se haría igual si fuese yo el concejal”, y afeó que el PP votase en contra en junta de gobierno de licitar 40 autobuses, lo que calificó de “negligencia importante”. En ese sentido, restó importancia a que el PP se pudiera ir del gobierno y no cree que se haya mejorado tras su vuelta: “Si en vez de estar 10 estuviéramos 3, sería todo parecido”.

Aplaude su gestión: "Ourense está en marcha"

Jácome solo supo echarse flores a su propia gestión, presumiendo de que “Ourense está en marcha”, consiguiendo “lo que hace 10 años eran solo sueños”. Eludiendo los incumplimientos realizados por el camino, empezó presumiendo de la Cabalgata, “la mejor de Galicia”, continuó sacando pecho por “haber recuperado el Auditorio para los ciudadanos” y empezó con su retahíla de promesas. 

Por un lado, anunció unas fiestas de Ourense que serán “fiestas de fin de curso” con “cuatro o cinco grandes conciertos”, prosiguió anunciando un Entroido con “cuatro grandes orquestas y un gran desfile” y abundó en su catálogo prometiendo cuatro aparcamientos ‘low-cost’ (rúa Dalí de O Couto, en As Lagoas,  en Peña Trevinca y en el futuro parque de Canedo, que se empezará en 2022 y se acabará “en dos años”). También prometió que el control telemático  a los funcionarios se activará este mes, que la obra de Concordia “empezará en marzo y estará en diciembre de 2022” y que habrá “cuatro o cinco rampas mecánicas más”. Además sacará adelante ayudas a comercio y hostelería que había prometido para 2021 y creará el parque acuático termal en el antiguo Matadero, que promete demoler pronto. Por último anunció que se licitarán “todas las concesiones caducadas”, así como los contenedores soterrados o la Plaza de Abastos de A Ponte, a la que le quedan “ocho horas de trabajo” (sic) para tener el expediente listo.

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